Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/381

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teros. Bustamante fué condenado por el Jurado Popular.

En julio de 1864, hallándose el país en plena revolución encabezada por el general Venancio Flores desde abril del año anterior, Carreras hizo un viaje al Paraguay para reforzar ante el presidente Francisco Solano López las solicitaciones de nuestro ministro Vázquez Sagastume, en el sentido de intervenir militarmente en favor del gobierno de Aguirre.

Esa actitud, añadida a sus conocidos antecedentes políticos, convirtieron a Carreras en el hombre que necesitaban los elementos radicales del Partido Blanco, y él por su parte, sin rehusar el puesto de líder, apareció al frente de las manifestaciones para dirigir la palabra al presi- dente Aguirre, requiriendo una política enérgica y decisiva.

El gobernante, ante esa presión extremista, lo nombró Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores el 7 de setiembre. Otro colega de los días de Quinteros, el general Andrés A. Gómez, ocupaba ya la cartera de la Guerra.

Esta vez no era posible, como en 1858, solicitar ayuda al Brasil, que ahora estaba aliado al revolucionario Flores, y en cambio hubo que declararle la guerra, quemándose en la Plaza Independencia, en una ceremonia sin precedentes, los tratados diplomáticos que nos ligaban con el Imperio. El general Urquiza por su lado ya había dado al gobierno de Berro todo lo que pensaba dar, enviando al Salto sus divisiones de caballería bajo las órdenes de su hijo el coronel Waldino Urquiza y del indio Cristo, cacique pampa semi civilizado.

Inútil conseguir que el presidente del Paraguay concretara alguna promesa, escurridizo y desconfiado por natural; tampoco pudo el enérgico ministro modificar la marcha de la guerra y el general Sáa — argentino a quien se le hizo general en jefe de los ejércitos — no logró evitar la toma de Paysandú con el subsiguiente sacrificio — sin justificación— del bravo jefe que la defendía,

El 15 de febrero de 1865, en medio del caos y con la nítida visión de una derrota sin remedio, Aguirre hizo resignación del Poder Ejecutivo por vencimiento de su término legal y el Dr. Carreras cesó igualmente en el ministerio.

Villalba, sucesor de Aguirre, firmó con Flores la paz de 20 de febrero.

Como en el pacto donde se estipulaba la amnistía política, estaban exceptuados de modo implícito los responsables del episodio de Quinteros, Carreras, que levantaba entre los vencedores más odios aún que el general Anacleto Medina — instrumento semi-responsable al fin — se embarcó para la República Argentina,

A la excepción siguió un decreto de 17 de marzo, declarando sensatamente que mientras no se restableciese el régimen constitucional, no habría juzgamiento sobre los terribles sucesos; pero el Dr. Carreras no pensó en volver al país sino en son de guerra.

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