reas de maestro particular, más duras a esa fecha por lo resentido de su salud.
La necesidad legó a golpear sus puertas con tanto imperio, que se hizo una cuestación pública para aliviarle la vida, hasta que el gobierno de Latorre le asignó un auxilio mensual de treinta pesos.
Falleció el meritorio educador el 20 de enero de 1878 y años más farde las cámaras votaron una pensión graciable a su viuda, doña Aurora Olivieri, la cual alcanzó a sobrevivirle más de medio siglo.
DE LEON, PEDRO Severo
Militar, general del ejército y Ministro de Guerra y Marina. Nativo de la ciudad de Salto, donde vió luz el 6 de noviembre de 1952, su padre, Juan Leoni, era italiano, antiguo soldado de Garibaldi (cuyo apellido habían cestellanizado los en una versión medio antojadiza) y la tradición paterna debió influir en el camino de los suyos, pues fueron militares cuatro de sus hijos.
Plaza en calidad de soldado distinguido en el Regimiento de Artillería el 9 de setiembre de 1869, en febrero del 70 lucia las jinetas de sargenta 2°. Alférez de artillería de línea el 6 de julio de 1870, mientras estaba en campaña contra los revolucionarios blancos que tenían por jefe al coronel Timoteo Aparicio, en la misma guerra, el 31 de enero de 1871, fué promovido a teniente 2°. En esta época prestaba servicios en el batallón “Resistencia”, al que había pasado a propia solicitud el 7 de enero de 1871. El 4 de julio de 1872, vuelto al Regimiento de Artillería que mandaba Miguel A. Navajas, permanecería en él por espacio de 14 años.
Después del golpe militar del 75 ascendió a teniente 1° el 1° de febrero. y en el año 76 llegó a capitán el 7 de marzo.
Excelente oficial, estimado por el dictador Latorre, pero al cual ligaban estrechos lazos de amistad con el coronel Máximo Santos, fué bajo les auspicios de este compañero tan ambicioso como inteligente que Pedro de León pudo hacer — en fan poco tiempo y con una foja de servicios bien calificada de normal — una carrera tan rápida en el ejército.
Así vemos que apenas abandonado el poder ejecutivo por Latorre, entregando la presidencia al Dr. F. A. Vidal, con el coronel Santos por Ministro de Guerra, se le designa el 8 de abril de 1885, 2° jefe del Regimiento de Artillería, cuya jefatura recibía por el mismo decreto el mayor Valentín Martínez, uno de los hombres que entonces gozaban de toda la confianza del Ministro de la Guerra.
Circunstancias no bien aclaradas, influyendo en el ánimo de Santos, ya a esas horas general y presidente de la República, determinaron la separación de Martínez de su comando, y De León — que había as-
