año y continuó la lucha hasta que el general Rivera depuso las armas, el último, ante el invasor portugués triunfante.
Aceptando los hechos consumados sirvió durante la dominación en el Regimiento de Dragones de la Unión y su firma aparece entre los suscritores del Acta del 17 de octubre, en el arroyo de la Virgen, por la cual se reconoce a Pedro I como emperador.
Al levantarse la provincia que denominaban Cisplatina, contra las autoridades brasileñas en 1825, Delgado y Melilla figura ya como capitán del Regimiento de Dragones de la Unión desde mayo de 1823 a febrero de 1826, e intervino en las batallas de Rincón y Sarandí. El 28 de marzo de 1826 fué promovido a sargento mayor en el Regimiento de Dragones Orientales con funciones de comandante del 2° Escuadrón.
Pasó luego a formar parte del Ejército Republicano en días de la campaña del Brasil y fué uno de los actores en la batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, por lo que mereció las cordones y condecoración instituídos por el gobierno de las Provincias Unidas. Creada la República y ascendido a teniente coronel con antigüedad de mayo de 1826, figuró entre los jefes adictos al general Fructuoso Rivera a quien acompañó en la revolución titulada “Constitucional”, en 1836, contra el gobierno legal del general Oribe, y su nombre figura entre los firmantes de la curiosa Declaración de Celestino, el 21 de setiembre de 1838, donde se proclamaba a Rivera “Padre de los Pueblos y Columna de la Constitución”.
Habiendo solicitado su retiro en 1838 — triunfante ya el movimiento riverista — se accedió a su pedido con fecha 25 de octubre y en esta situación se mantuvo hasta el 2 de noviembre de 1841, en que el presidente Rivera, en vísperas de marchar a campaña, dispuso volviera a ser dado de alta en el ejército, adicto al Detall.
Durante el sitio de Montevideo fué promovido a coronel el 14 de junio de 1843, tuvo funciones de Edecán de la Presidencia de la República en 1847 y con idénticas funciones se le halla en la presidencia de Flores en 1855.
Colorado por filiación política, al iniciarse la presidencia de Pereira se le destinó al Estado Mayor Pasivo conjuntamente con un núcleo de jefes y oficiales, el 10 de marzo de 1856. El mismo año, en noviembre, le cupo el honor de integrar la Comisión que presidió el traslado de los restos de Artigas a sepulcro definitivo.
Poco tiempo después, el 25 de febrero de 1857, se le hizo edecán del Presidente de la República y ascendió a coronel mayor el 31 de agosto de 1859, conservando su cargo todo el tiempo del gobierno de Pereira.
Presidente de la Comisión Clasificadora de Servicios en marzo de 1865, vino a fallecer en Montevideo el 23 de febrero de 1868, víctima del cólera.