porción de jefes de graduación superior.
Los oficiales, por su parte, fueron quintados y una cantidad de individuos de tropa muertos en circunstancias atroces, pudiendo calcularse en más de ciento cincuenta las vidas sacrificadas desde el Paso de Quinteros hasta la llegada de los prisioneros a la Villa de la Unión, donde quedaron libres.
El día que el movimiento revolucionario colorado del general Flores obtuvo el triunfo, llevando a este caudillo al gobierno, uno de los primeros decretos, fecha 18 de marzo de 1865, se dictó para honrar la memoria de César Díaz y sus infortunados compañeros, los que fueron declarados “Mártires de la libertad de la Patria”. Asimismo, disponía la erección en el cementerio público de Montevideo de un monumento fúnebre que guardara sus restos y en al cual se inscribirían sus nombres.
Los frutos de la calidad intelectual del general Díaz, están de manifiesto en sus colaboraciones en El Talismán y La Nueva Era, en los días del Sitio Grande, como traductor del drama “La Familia Moronval” y en sus escritos históricos “Organización de la Defensa de Montevideo” y “Campaña del Ejército Grande Aliado en Sud América”, donde se registra — en sobria y espontánea prosa — Verdaderas páginas de antología.
Adriano Díaz, sobrino suyo, reunió los trabajos de historia publicándolos en Buenos Aires en 1878, bajo el titulo de Memorias Inéditas del general César Díaz, libro reimpreso en 1943 por la Editorial Solar con un prólogo del Dr. José M. Fernández Saldaña.
DÍAZ, JUAN JOSÉ
Diplomático y militar, general del ejército, nacido en Rosario (Colonia) el 8 de setiembre de 1839,
Sus servicios como soldado de caballería de guardia nacional se iniciaron cuando la movilización de 1857. Sub-teniente de infantería el 14 de agosto de 1862, ascendió a ayudante mayor de infantería de línea el 12 de octubre del 63.
La invasión colorada del general flores lo tomó sirviendo al gobierno constitucional de Bernardo Berro y con el ejército de línea participó en las operaciones contra los revolucionarios. Formando parte de la guarnición de Mercedes, le tocó en 1864 marchar a Paysandú, con el contingente de Soriano a órdenes del mayor Juan M. Braga. Sitiada la plaza, participó de todas las alternativas de la empeñosa lucha.
Orlando Rivero, que después debía ser su adversario en política, testimonió el sereno valor de Díaz en aquellas duras jornadas, donde, ya en los últimos días, un casco de granada lo vino a herir en una pierna.
Ascendido a capitán el 11 de enero de 1865, poco antes de concluir la guerra, dejó el servicio al triunfo de Flores, y sólo se le halla
