de posesión de la isla, que debía ser entregada al jefe argentino Seguí. Una guarnición uruguaya de noventa hombres al mando del comandante Timoteo Domínguez, formada al pié de la bandera nacional, presenció la ceremonia: pero cuando se iba a proceder al correspondiente cambio de banderas, Domínguez, señalando el pabellón uruguayo flameante en el asta, dijo: “Esta bandera ni se arría ni se entrega”, y llamando a un clase prevenido de antemano, le ordenó que pusiera acha al mástil, que se vino al suelo conservando al tope la bandera nacional, Envuelta en el mismo palo, los soldados la cargaron en el buque que que debía conducirlos a Colonia...
Cuando el levantamiento de los blancos a favor del depuesto presidente Giró, el comandante Domínguez, que ejercía entonces mando militar en el departamento de Soriano, al frente de una regular columna de operaciones, fué nombrado por el gobierno del Triunvirato para sustituir a Tomás Villalba en la jefatura política del departamento, con fecha 23 de noviembre de 1853. Pero tres días antes de tirarse el respectivo decreto, el comandante había sido sorprendido y muerto en su campamento en las afueras de la villa de Dolores, por fuerzas rebeldes mandadas por Francisco Laguna y el indio Amarilla, al mediodía del 20 de noviembre.
Los vencedores, que entraron a la población con alboroto de vivas y mueras, tiraron por la puerta de la casa de de Domínguez la cabeza decepada del comandante, que rodó hasta los pies de su esposa doña Faustina. Ruíz.
DUFORT Y ALVAREZ, ANACLETO
Ministro, periodista y hombre político, nacido en la Villa de San Carlos, el 22 de agosto de 1835, hijo de Anacleto Dufort, veterano soldado de la patria, y de Deldonicia Alvarez. Hizo sus estudios en Montevideo, demostrando temprana inclinación a la poesía que ensayó de joven, publicando sus versos con el seudónimo de Charrúa.
Empleado en el Ministerio de Gobierno, dejó su modesto cargo de auxiliar, para emigrar, después del motín militar del 75.
En enero de 1877 sacó a luz, juntamente con Eduardo Flores, la Revista Científico-Literaria, que luego convirtióse en la Revista Americana, la cual no tuvo vida.
El año anterior había concluido sus cursos de Derecho, pero no se graduó de abogado sino en 1883, con la tesis que lleva por título “La prensa irresponsable”.
Participante en el movimiento filosófico-literario que se une a los nombres de Sociedad Universitaria y del Ateneo, conferenciante y orador racionalista y liberal, lo distinguía su clara manera de exponer, la lógica de sus deducciones y cierta fuerza comunicativa envueltas en una prosa cuidada pero sin la pirotecnia verbalista de moda.
