ciones, dispuso las cosas de tal modo que, a los veinte años casi del motín del 75, varios jefes que habían participado en éste, acataron desde sus respectivos puestos, disciplinados y respetuosos de las decisiones de las cámaras, la elección del mismo ciudadano que habían desposeído de su investidura legal en la oprobiosa mañana del 15 de enero.
Sin embargo, creyendo Ellauri que tan corta ventaja de votos, era muestra del poco arraigo de su candidatura entre los asambleístas, hizo renuncia indeclinable de su alta investidura, configurando con su dimisión un caso Único hasta: ahora en la vida de la República.
En retiro político, cuando nada ni nadie podían suponerlo, la muerte, tras rápida enfermedad, golpeó en la vieja casa de los Ellauri, Misiones 185 (antiguo), entre 25 de Mayo y Rincón, para llevarse a este ejemplar ciudadano, el 27 de diciembre de 1894.
ELLAURI JOSÉ Longinos
Diplomático y Constituyente de 1830, ministro de Estado, hijo de un capitán vizcaíno, Juan Andrés Ellauri, y de madre criolla, Petrona Antonia Fernández, nació en Montevideo el 14 de marzo de 1789.
Por inclinaciones tempranas, que el padre fomentó, parecía destinado a seguir carrera eclesiástica y con esas miras trasladóse a Buenos Aires, ingresando en 1805 como interno en el Colegio Carolino. Interrumpidos los cursos en 1806 por las invasiones inglesas, los vino a reanudar el año 1808, pero esta vez en la Universidad de Chuquisaca, matriculado en teología y cánones.
Hallándose en Buenos Aires lo sorprendió la revolución de Mayo de 1810 y entonces volvió a Montevideo enrolado entre los milicianos del Rey y con un destino público que le dió el Cabildo. A mediados del año 1811 marchó a Río Janeiro, donde sus veleidades españolistas concluyeron e hizo suya la causa patriota, por cuyo motivo su casa, convertida en un foco revolucionario, fué allanada por la policía portuguesa y él, desterrado del Brasil, reenviado violentamente a Montevideo.
La vigencia del armisticio de 1811 le permitió seguir luego para Buenos Aires, donde obtuvo un puesto de oficial escribiente en la secretaría de Hacienda, en cuyo desempeño permaneció hasta fines del año 23.
Dardo Estrada, autor de la única biografía de Ellauri digna de tal nombre escrita hasta ahora y que es guía esencial en la presente, piensa que en este período, el menos conocido de su vida, hizo estudios y práctica de abogado, sin que se haya podido averiguar donde pudo graduarse.
En 1824, año de su radicación definitiva en Montevideo, aceptada la autoridad brasileña, entró a prestar servicios en la administración de justicia imperial, trabajando a la vez
