Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/435

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afanosamente como abogado. Iniciada la revolución del año 25, durante su término permaneció neutral y recién después de independizarse la provincia, se le encuentra electo diputado por Montevideo para la Asamblea General Constituyente y Legislativa del nuevo Estado en 1828, demostrándose con ello el elevado concepto de que gozaba entre sus conciudadanos. Secretario de la Comisión especial encargada de redactar el proyecto de Constitución, intervino muchas veces en los debates de la misma, y en la forma importantísima que se le ha reconocido.

Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores el 11 de marzo de 1830, en la administración provisoria del general Rondeau, para lo cual dimitió su cargo de asambleísta, estuvo en el gabinete tan sólo hasta el 26 de abril.

Senador por Canelones en 1830, el general Rivera, primer presidente constitucional, lo llevó de nuevo al Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores, el 11 de noviembre. Desempeñó el puesto diez meses poniendo de manifiesto sus notables condiciones en la organización de los ramos generales del incipiente Estado, hasta que una crisis total del gabinete lo alejó del poder el 2 de setiembre de 1831.

Diputado por Montevideo a la 2ª legislatura, en 1834, fué vice-presidente de la cámara y ocupó su banca los tres años del mandato.

Triunfante la revolución riverista en 1838, el caudillo, en uso de las facultades extraordinarias que investía, designó al Dr. Ellauri Fiscal General del Estado, el 14 de enero de 1839, reemplazando al Dr. Francisco Solano Antuña, que se había ausentado para Buenos Aires junto con el derrocado presidente general Oribe.

Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores — por tercera vez — el 8 de febrero del 39, reteniendo el puesto de la Fiscalía, el 9 de agosto del mismo año se le confió una misión diplomática en Europa, que debía prolongarse por dieciseis años y cuatro meses.

Las gestiones de nuestro ministro, que estableció la sede en la legación de París, con casi tedas las naciones de Europa, constan al detalle en su correspondencia diplomática, publicada por Estrada en un volumen en 1919.

Realizó el Dr. Ellauri una obra de trascendencia excepcional en bien del país, al cual vinculó mediante acuerdos y tratados a las grandes potencias europeas, sin descuidar por eso las relaciones con las lejanas Suecia y Noruega, las pequeñas Dinamarca y Cerdeña y las ciudades libres hanseáticas., Es probable que a ninguno de nuestros diplomáticos tocase nunca misión tan excepcional como la de Ellauri — donde encuadró toda la etapa de la Defensa de Montevideo con su secuela de incidencias — pero ciertamente ninguno se hubiera desempeñado con más inteligencia, con más tino y con más ponderación.

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