Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/450

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tad estrecha con José Martí, que entonces predicaba en la república del Norte el verbo de la independencia cubana, Estrázulas, generoso y lleno de talento, fué un participante entusiasta de aquella noble cruzada y, gracias a sus buenos oficios en favor del iluminado Apóstol, el Uruguay tuvo el honor insigne que el Ultimo Libertador haya tenido su representación consular en Estados Unidos, ligándose de este modo el nombre de nuestra República a la pura gloria del prócer.

Martí, por su lado, halló en Enrique Estrázulas “un arrogante Ministro cuya palabra ferviente y alma generosa ganaba almas, asegurando — alusión a su calor y entusiasmo americanista — que ver a nuestro diplomático era como ver los invasores ríos y las dilatadas campañas del Uruguay, su altiva patria”.

Interrumpió años más carrera diplomática en Montevideo, entregado ejercicio de su profesión con toda asiduidad y sobre todo con un desinterés admirable en un hombre pobre. Su constante preocupación por los adelantos científicos, hizo que en 1894, desempeñando el cargo de médico del Asilo de Huérfanos, apenas se tuvo noticia del descubrimiento del suero antidiftérico, solicitara con premura el prodigioso remedio, logrando obtener una primera remesa que vino de París y luego una segunda de Alemania.

Juzgado este médico tan distinguido bajo su faz de artista, es licito decir que ha sido uno de los temperamentos artísticos más vigorosos que se conocieron hasta su época en materia pictórica. Sin estudios de escuela — autodidacta — pero de fino espíritu agudizado en sus viajes, fué todo un pintor lleno de sentimiento, capaz de traducir sus motivos con una técnica muy adelantada a la habitual entonces en estos países de América y en la que apuntaban claramente las nuevas tendencias.

Muerto el 18 de agosto de 1905, da tristeza pensar, ante sus pinturas — escasas y dispersas — que, a despecho de lo delicado y personal de sus playas solitarias, de la honda desolación de sus médanos, de la verdad tan sugestiva de sus lagunas de Pando, Enrique Estrázulas se llevó consigo — como Bécquer — lo mejor de lo suyo, porque tampoco él, como el poeta, tuvo tiempo para dar forma á las creaciones de la inspiración, aprisionadas dentro de su hermosa cabeza de artista.


ESTRÁZULAS, JAIME Pablo Francisco


Ministro, legislador y registrado. Nació en Montevideo el 25 de julio de 1817, hijo de Francisco Estrázulas, italiano, de Sicilia, y de Victoria Falson, uruguaya.

Hizo sus estudios con gran aprovechamiento, mereciendo, en 1833, una

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