medalla de oro, por su actuación en el concurso público de filosofía que tuvo lugar en la Iglesia Matriz, Los servicios en la administración pública fueron comenzados en el año 1840 como oficial 1° de la Jefatura de Policía de la capital. Un poco más tarde, en 1842, se le halla como periodista, redactando “La Gaceta del Comercio”, en la cual colaboraba Juan Carlos Gómez.
Sitiada Montevideo por el ejército de Vanguardia de la Confederación Argentina al mando del general Oribe, en febrero de 1843, Estrázulas fué extrañado de la plaza, pasando a Buenos Aires, y finalmente al campo sitiador.
El titulado presidente Manuel Oribe lo designó Oficial Mayor del Ministerio de Hacienda y tuvo cargos en la magistratura, en funciones de Juez de Comercio y de lo Civil.
Luego de permanecer en el Cerrito toda la Guerra Grande, ajustada la paz de octubre de 1851, resultó electo diputado por Montevideo. A raíz del derrocamiento del presidente Giró, en 1853, el Gobierno Provisorio le hizo entregar les pasaportes para que se alejara del país conjuntamente con ocho conspicuos personajes oribistas, el 23 de noviembre.
Era por esa época uno de los ciudadanos destacados e inteligentes a quienes se recurría para destinos honorarios y de labor, figurando su nombre entre los miembros de la Comisión de Inmigración y Colonización creada el 28 de noviembre de 1852 y cuando el Instituto de Instrucción Pública amplió sus funciones y designó miembros supernumerarios en 1853, su nombre incluíase entre los nombrados.
De vuelta a la República, normalizadas pronto las cosas, el Dr. Estrázulas figuró como uno de los miembros de la recién fundada agrupación política Unión-Liberal y al fracasar este ensayo fusionista retiróse a la vida privada, contraído exclusivamente a su estudio de abogado.
El 18 de setiembre de 1862, el presidente Bernardo P. Berro lo llamó a formar parte de su ministerio en la secretaría de Relaciones Exteriores y retuvo el cargo hasta que una insólita declaración de cese expedida por el presidente, lo eliminó del gabinete junto con sus colegas Laguna y Egaña.
Senador por Maldonado en 1863, sus reiteradas negativas a secundar la política personal de Berro y sus tortuosas maniobras para darse un sucesor a su antojo, lo arrojaron al destierro por tercera vez.
Desde Buenos Aires — de paso para el Paraguay donde se encaminaba — firmó conjuntamente con los demás extrañados, senadores J. P. Caravia y Vicente Vázquez, un manifiesto por el cual descalificaban a Berro, considerándolo rebelde y fuera de la ley a la par del general colorado revolucionario Venancio Flores, solidarizándose con la actitud asumida por el coronel Bernardino Olid, rebelde a las órdenes de Berro. “El
