Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/462

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

“Rígido en moral, ultra liberal en religión y en política, era una mente sólida, admirablemente bien equilibrada”, dijo de él Julio Herrera y Obes cincuenta años más tarde. “Como periodista — agregó — tenia un gran parecido con Florencio Varela”.

El tratado de la Triple Alianza contra López del Paraguay, lo indujo a formular duras protestas contra el gobierno y su política exterior, y esa actitud trajo consigo su alejamiento de “El Siglo”.

Designado para defensor de oficio por el Tribunal de Justicia, aplicóse al cargo con verdadera devoción.

Cuando en 1867, el país fué llamado a elecciones por el gobernador Flores, a fin de restablecer la ya demasiado demorada constitucionalidad de la República, Fernández resulto electo suplente de diputado por Salto.

En el mes de marzo de 1868, apenas en posesión del mando el nuevo presidente general Lorenzo BatIle, lo designó Fiscal de Gobierno y Hacienda, y supo demostrar en ese cargo de alta responsabilidad las mismas condiciones manifiestas en la defensoría de oficio.

Espíritu emancipado, al que animo siempre un encendido afán por la divulgación de la enseñanza, teniéndola como el factor que — en jornada decisiva — determinaría el triunfo de la luz de la razón sobre las tinieblas sectarias y confesionales, no es extraño que Elbio Fernández figurase entre los primeros y más entusiastas elementos que José Pedro Varela iba a encontrar en su obra de reformador de la enseñanza.

La Sociedad de Amigos de la Educación Popular, verdadera Vanguardia de la Reforma, constituida en Montevideo el 18 de noviembre de 1868, lo tuvo entre sus adherentes tan entusiastas que, al inaugurarse la primera escuela de la benemérita institución el 29 de agosto de 1869, aquella primera escuela de varones fué bautizada ”Escuela Elbio Fernández”.

A esa hora, por desdicha, el recto magistrado, el periodista independiente, el abanderado del laicismo escolar y del liberalismo filosófico, ya no existía. La Sociedad de Amigos — conforme a las palabras de Varela — había perdido con el Dr. Fernández ”el alma bien templada de su mejor colaborador”.

Su muerte ocurrió en circunstancias tan excepcionales, que parecían ser hijas de misteriosos designios del destino, a fin de que su muerte estuviese en consonancia con su vida.

Por renuncia de Camilo Vila, diputado titular por Salto, la Mesa resolvió convocar a Fernández como suplente, el 5 de marzo de 1869.

El Dr. Fernández estaba por ese tiempo atacado de una dolencia mortal, que lo inhabilitaba virtualmente para toda actividad por insignificante que fuese. Y en esas circunstancias, ni quería ni podía, tampoco ingresar a la cámara.

— 462 —