Pero, las perspectivas políticas eran entonces, precisamente, muy graves: el problema monetario, eje de la marcha financiera de la República, se había planteado a fondo en la discusión de la ley de curso forzoso del papel moneda, y las fuerzas de ambas tendencias hallábanse tan contrabalanceadas, que la aprobación o el rechazo de la ley venía a depender de un solo voto: y ese voto no era otro que el del Dr. Elbio Fernández.
Más de tres meses habían transcurrido ya desde la convocatoria de éste, pera los días iban pasando sin que se vislumbrara siquiera una pequeña mejoría en el estado del enfermo, cuya postración era extrema. Sin embargo, el momento presentábase decisivo y una vez planteada la votación no era posible demorar más. Entonces, el concepto del deber, sobreponiéndose a la débil envoltura física, y hasta podría decirse “más poderoso que la muerte”, hizo que el Dr, Fernández, levantándose de la cama, concurriera en pleno invierno al recinto legislativo acompañado del médico que no lo abandonó un instante, y luego de prestar el juramento de ley se incorporó a la cámara para decidir con su voto el rechazo del proyecto que se tenía como perjudicial para la nación.
Pocos días más y el 17 de junio de 1869 el Dr. Elbio Fernández había muerto, precipitado el desenlace por su ida al parlamento.
Hermoso y gallardo sacrificio de un ciudadano que expone y pierde la vida con valor que sobrepasa, desde luego, al de un soldado en el campo de batalla.
FERNÁNDEZ, FEDERICO
Oficial del ejército, bravo partícipe en la Defensa de Paysandú, de diciembre de 1864 a enero de 1865.
Nacido probablemente en 1827, su carrera la hizo toda en el arma en que la comenzara al enrolarse como soldado en el escuadrón de Artillería Ligera en julio de 1845. Ascendido a cabo en diciembre del 46, a sargento 1° el 28 de octubre del 49, a alférez el 12 de setiembre de 1851, a teniente 2° el 3 de diciembre del 53, a teniente 1° el 1° de julio del 56, siempre en la misma unidad, fué promovido a capitán el 26 de febrero de 1857.
Disuelto el Escuadrón en mayo de 1858, el capitán Federico Fernández pasó al Estado Mayor como ayudante y al ser refundido aquél en el Ministerio de Guerra y Marina en abril del año 60, entró a figurar a la Plana Mayor Pasiva.
Se ha dicho que si bien tuvo su primera afiliación en el Partido Colorado, quedó entre el núcleo fusionista en la época de Pereira, para seguir su carrera en las administraciones blancas subsiguientes.
A fines de 1862 fué destinado a la Comandancia Militar al Norte del Río Negro y en diciembre de 1864 a la guarnición de Paysandú donde
