tico del Gobierno de la Defensa. Pacheco, ligado a la familia Ferreira por lazos de amistad lo llamó a su lado, haciéndolo por su autoridad de Ministro, algo así como agregado civil a la misión, en agosto de 1849.
Sus tareas fueron casi siempre, labor de secretaría y preparación de materiales para la imprenta, seria tarea si consideramos la actividad febril de Pacheco y Obes en cuestiones de pluma, pero en su desempeño tuvo ocasión de conocer y tratar a personajes de tanto fuste como el general San Martín, el naturalista Humboldt, Alejandro Dumas, etc.
De regreso en Montevideo en 1850, ingresó a la Universidad recién creada, y en enero del 52 lo nombraron Oficial auxiliar del Ministerio de Hacienda.
Bachiller en 1853, fué trasladado con su mismo destino al Ministerio de Gobierno en junio del 54.
Al año siguiente tomó parte en la revolución llevada a cabo por los conservadores contra el presidente Venancio Flores, siendo de los que asaltaron el Fuerte de Gobierno el 28 de agosto, y él mismo quién abrazó y redujo a la impotencia al centinela.
En el nuevo movimiento del 25 de noviembre mantúvose con varios compañeros durante tres días en un cantón, para después escapar a Buenos Aires.
Oficial 2° de Hacienda en la administración de Pereira en agosto del 56, se graduó de licenciado en jurisprudencia el 19 de julio del 57 y en el 58, con motivo de los sucesos sangrientos de Quinteros, hizo abandono de su puesto en el Ministerio pasando a la Argentina, por cuya razón el gobierno lo destituyó con fecha 10 de febrero.
Enrolado en la Guardia Nacional movilizada el año 59 y formando parte del 2° batallón, al desfilar el cuerpo delante de la casa del presidente Pereira un domingo de abril, Ferreira negóse a presentar armas al primer magistrado de la República, como protesta personal por su inconducta política. Semejante desacato produjo el escándalo que, se puede suponer y allí mismo, frente a los balcones de la casa presidencial, fué desarmado y conducido al Fuerte San José donde lo encerraron con centinela de vista. Sometido a juicio a los pocos días, el Presidente hizo sobreseer en la causa poniéndolo en libertad por gracia especial.
Emigrado en 1863 a poco de estallar el movimiento revolucionario colorado del general Flores, desempeñó funciones en el comité que secundaba la insurrección en la capital argentina.
Triunfante Flores y de nuevo en Montevideo, rindió examen de abogado en enero del 66 y el Tribunal lo hizo defensor de oficio en lo criminal en enero del 67 y Juez de Comercio casi en seguida, pero no quiso aceptar el cargo.
