Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/479

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La impunidad de que gozaba concluyó por hacerlo insoportable y llegó un día en que el mismo Santos no quiso saber más de él.

Flamand, sin darse por vencido, resolvió acudir a la residencia presidencial y así lo hizo en horas en que el presidente iba a sentarse a almorzar. El coronel Francisco Belén, ayudante de servicio, puso obstáculos a su entrada en aquellos momentos y esto dió origen a un incidente — sin testigos — del que Flamand resultó muerto de una puñalada en el corazón y Belén con un dedo fracturado (19 de enero de 1884).

Estando a las declaraciones del herido, el mayor Flamand lo habría atropellado y para repeler el ataque del enfurecido militar hubo de recurrir a una daga con la que iba armado. Como el encuentro habíase producido a solas, la justicia debió atenerse a la declaración de Belén absolviéndolo de culpa y pena.

El lance, producido en la propia casa presidencial, ocasionó el consiguiente escándalo y la oposición trató de explotarlo, sea dando a las cosas contornos a su paladar, sea atribuyendo al presidente Santos el propósito — al que era totalmente ajeno sin duda alguna — de haber preparado una emboscada.

Ilustra respecto al físico de este personaje, la filiación consignada en un oficio de la Jefatura Política de Montevideo al respectivo oficial del Registro de Estado Civil, en la cual, solicitando la inscripción del comandante en el libro de defunciones, da las señas siguientes: “color blanco, estatura regular, ojos claros, nariz regular, usaba pera y bigote”.


FLECHES, JUAN

Pericdista, fundador y propietario de un diario montevideano titulado “La España”, que tuvo extraordinaria difusión en toda la República. Fleches y Fiorit era español, nacido en el año 1852. Vino joven al Uruguay y se formó en los círculos de imprenta capitalinos, iniciado en tareas de gacetillero y sueltista. Fué de la redacción de la vieja “Tribuna” que fundara José Cándido Bustamante. Luego se convirtió en administrador de la misma y finalmente adquirió el establecimiento tipográfico por donde sacó a luz “La España”, el año 1879.

Inició “La España” una biblioteca que llevaba su mismo nombre, la cual repartía entre los suscritores dos volúmenes mensuales de varia literatura, aunque en sus comienzos se contrajo a la reimpresión de la Historia General de España por Modesto Lafuente, la cual dió materia para 72 tomos.

Esfuerzo editorial de gran fuste, si bien se mira, fué esta divulgación de libros a veinte centésimos, cuyo número pasó de 300 títulos. En su biblioteca “La España”, a cubierto de responsabilidad por falta de una ley que defendiera a los autores, reimprimió a espaldas y con perjuicio de ellos, casi todos los “Episodios Nacionales” de Pérez Galdós, las

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