Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/484

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zarpaba para ultramar. De nuevo intento regresar, pero vistas las dificultades que se le oponían, hizo, resignado, proa al viejo mundo, el 30 de octubre.

Llego a España y ofreció sus servicios a la revolución contra Isabel II, iniciada en setiembre con el pronunciamiento de la escuadra en la bahía de Cádiz.

Por junio de 1870, cuando agitaba al país la revolución del coronel blanco Timoteo Aparicio, supo el gobierno que el coronel Flores había regresado a la patria a pretexto de servir bajo las ordenes del general Francisco Caraballo. Eso no era cierto, pero Caraballo intercedió para que se le permitiera combatir al enemigo histórico ofreciéndose como fiador de su conducta, y fué reincorporado al ejército el 20 de diciembre de 1871.

Pero el coronel Flores era incorregible y en seguida nomás, en el mes de julio, en Paysandú, solivianto una compañía de enganchados que mandaba el capitán italiano Pedro Marconsini y al frente de ella depuso al Comandante Militar de la plaza coronel Wenceslao Regules. Caraballo envió inmediatamente al comandante Belén a someterlo y reponer las legítimas autoridades. pero el enviado, que no era sujeto de fiar, en vez de ceñirse a sus instrucciones, pacto un avenimiento con Fortunato a base de ocupar — Belen — la jefatura de la plaza.

Tiempo le faltó a Caraballo, así que supo lo sucedido, para caer en Paysandú el 9 de agosto, pero a la noticia de su próxima venida, Flores, Belen, Eduardo Mac-Eachen y otros elementos de menor significación, habían apelado a la fuga.

El coronel Flores fué a sentar reales en el Paraguay, donde pronto se mezclo en política, por cuyo motivo el gobierno lo vigilo como sospechoso, para concluir dándole orden de abandonar el país.

Sin actuación en los sucesos que terminaron en el atentado institucional de enero del 75, ello no obstó a que el gobierno del motín lo deportara a La Habana juntamente con otros catorce ciudadanos, entre los cuales contaban todos los varones de la familia Flores : Fortunato, Eduardo, Segundo y Ricardo.

Vuelto del destierro no formo en las filas de la Revolución Tricolor — manteniéndose en Buenos Aires o viviendo en Montevideo, sin norte — navegando en aguas dudosas durante los primeros años de la dictadura de Latorre. En abril de 1873, el coronel Eduardo Vázquez — el Ministro de Guerra de Latorre del principio al fin de su dominación prepotente — lo citó para que se presentara a recibir ordenes. Pero Flores, aleccionado en cabeza ajena, fué a refugiarse en la legación francesa y de allí paso a un barco de la propia nacionanliad, que lo condujo a Europa. Con fecha 9 del mismo mes de abril, el gobierno lo declaro desertor dándolo de baja y dictando orden de prisión. Cambiado el gobierno y amnistiado, pidió

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