nefastos sobre envenenamientos y muertes violentas, el decreto de Varela por el cual se le da sustituto, recalca sobre la “causa mortis” cuando dice: “habiendo fallecido de la epidemia. reinante el benemérito ciudadano...”
FLORES, RICARDO
Hijo menor del general Venancio Flores, nacido en Montevideo el 7 de febrero de 1854. Militar como su padre y sus hermanos Venancio, Fortunato y Eduardo. Sus servicios arrancan del año 1870, en calidad de Ayudante en el Ministerio de Guerra y Marina y más tarde, el 24 de diciembre del mismo año, como teniente 1° en el batallón “Resistencia”. Tomó parte en la campaña de 1870-72 contra el coronel revolucionario Timoteo Aparicio, siendo actor en las acciones libradas durante el asedio de la capital, Mansavillagra, Manantiales, retirada del Cordobés, etc.
En mayo de 1873 empieza a revistar en el 4° de cazadores y figuraba agregado a la Plana Mayor Pasiva en su clase de teniente 1°, cuando juntamente con sus tres hermanos fué deportado a La Habana en la barca “Puig” — el famoso atentado del 24 de febrero de 1875. Era, después de Anselmo Dupont, el más joven de aquel grupo de ciudadanos. De regreso al país participó en la llamada Revolución Tricolor, siendo dado de baja del ejército el 24 de enero de 1876.
Alejado de los gobiernos que se sucedieron, es únicamente después de la: reacción cívica de 1886 que el teniente Flores comienza a figurar de nuevo en el escenario político-militar de la República, siendo designado en diciembre de ese año, al venir Julio Herrera y Obes al Ministerio de Gobierno, Jefe Político de Río Negro, teniendo igual destino en el departamento de Flores, el 19 del mismo mes del año siguiente.
El presidente Tajes lo ascendió a capitán el 10 febrero de 1888 con antigüedad de 10 de enero de 1874, lo nombró Fiscal e Inspector General de Policías de la República en enero de 1889 y el 29 de agosto del mismo año lo promovió a sargento mayor.
El gobierno del Dr. Julio Herrera y Obes lo hizo teniente coronel el 24 de abril de 1890 y en la misma fecha le confirió la jefatura del 22 batallón de Cazadores, que llegó a ser un hermoso cuerpo de línea por su disciplina y la elección y preparación de sus oficiales. Ascendido a coronel graduado el 30 de diciembre de 1891 y efectivo el 24 de febrero de 1894, el presidente Idiarte Borda lo mantuvo al frente de la propia unidad, la cual, al producirse la invasión revolucionaria nacionalista de 1897 pasó a integrar el Ejército del Norte, dejando la plaza de Paysandú donde se hallaba de guarnición. Formaba la vanguardia del mencionado ejército al mando del general José Villar en la sangrienta batalla de Tres Arboles, perdida por el gobierno el 17 de marzo.
