Sin que estén perfectamente aclarados los hechos, es indudable que el coronel Ricardo Flores comprometió temerariamente el combate, donde su unidad fué hecha pedazos, pereciendo un porcentaje elevado de sus oficiales y resultando con heridas gravísimas su valeroso 2° jefe, el comandante Octavio Pérez.
Pactada la Paz de Setiembre y en preparativos para erigirse en dictador de la República el presidente del senado Juan L. Cuestas, no se contó para el plan con el coronel Flores, y el batallón 2°, solidarizado con su jefe y con sus oficiales removidos, se disolvió en actitud hostil antes de plegarse al atentado contra instituciones.
El dictador no perdonó jamás la altiva conducta del coronel Flores, que, por su lado, tomó armas para atacar su dictadura en el movimiento del 4 de julio de 1898 en Montevideo. Con anterioridad, el 4 de abril, había sido arrestado “acusado de haber faltado el respeto al P. E, en una reunión celebrada en el Teatro Stella d'Italia”.
Perseguido sin tregua por Cuestas, éste, a título de una prudencia inédita, llegó a no permitir que una empresa particular — la constructora del puerto de Montevideo— le proporcionara trabajo.
Con la presidencia de Batlle y Ordóñez cesó el régimen que pesaba sobre aquel jefe “demasiado cogotudo”, según expresión de los enemigos,
Iniciada la revolución nacionalista de 1903 contra el gobierno de Batlle, el coronel Ricardo Flores estuvo frente del batallón “Resistencia” organizado en el departamento de Canelones y en la campaña de 1904 prestó servicios en el Ejército del Norte, llegando a desempeñar por corto tiempo la jefatura de su Estado Mayor.
Después de ésto ya no tuvo figuración activa dentro de esfera ninguna y falleció agregado al Ministerio de Guerra y Marina el 30 de octubre de 1919, con más de treinta años de servicios efectivos.
FLORES, SEGUNDO
Hombre político, quinto hijo varón del general Venancio Flores.
Nació en Montevideo el 1° de junio de 1846.
De igual manera que todos los suyos, tuvo iniciación militar y re taba como ayudante mayor cuando ocurrieron los sucesos de febrero de 1868, en que su padre fué muerto en las calles de Montevideo.
Participante de la exaltación familiar en aquellos momentos tremendos, la conducta de Segundo Flores ha sido objeto de gravísimas imputaciones, — algunas de ellas tal vez sin fundamento y otras difíciles de constatar. Sea como sea, el decreto del gobierno de fecha 25 de febrero, por el cual se le alejó juntamente con su hermano Eduardo con el pretexto de ir a desempeñar una misión diplomática en Buenos Aires,
