caron y significaron ahora un aporte de inestimable valor para el esclarecimiento inteligente del pasado uruguayo, rioplatense y americano. Su bibliografía donde figuran sus estudios sobre J. Díaz de Solís y el descubrimiento del Plata, Monteagudo, la Batalla de Ituzaingó, etc, hablará mejor que nadie del merito de este maestro infatigable, a quien la muerte alcanzó en Buenos Aires el 22 de marzo de 1923.
FREIRE, AURELIO Justo Rafael
Militar, nacido en Montevideo el 28 de mayo de 1830, era hijo del general Manuel Freire y de Bernardina González,
Subteniente en 1852, ascendió a teniente 2° en 1853, prestando servicios en el batallón 1° de cazadores.
En el año 1855, siendo todavía teniente 2°, sirvió en la policía de Minas, como comisario, cargo renunciado en diciembre. En enero del año siguiente fué dado de alta en la Guardia Nacional de infantería de la capital, y con fecha 14 de ese mes ascendió a ayudante mayor, para ocupar por corto tiempo el puesto de comisario de la Sección del Mercado, que dimitió en el mes de mayo.
Revistando siempre en esta misma unidad de Guardias Nacionales, a órdenes del sargento mayor don Pedro Pedro Bermúdez, se le promovió a capitán el 28 de enero de 1857, y poco tiempo después, el 28 de marzo, fué destinado a comisario de órdenes de la Jefatura de Policía de Tacuarembó.
Integraba como oficial del Batallón “Orden” — en el que servía desde el 15 de enero de 1852 — la División Oriental que venció en Caseros, y en esta campaña se vinculó íntimamente con su jefe, el coronel César Díaz, del cual fué en adelante uno de los oficiales más adictos.
Agregado al Escuadrón de Artillería que mandaba el teniente coronel Benigno Evía, cuando se produjo la revolución de los colorados conservadores encabezada por el general Díaz en diciembre de 1857, al traer éste el ataque a la capital el día 9 de enero de 1858, la artillería, que teníase como por ganada para la causa de los revolucionarios, no se pronuncio sin embargo a favor de ellos. El capitán Freire, en tal situación, fiel a lo que consideraba un compromiso, abandonó las filas del gobierno incorporándose a sus compañeros políticos, a cuyo lado tomo participación en el combate indeciso de Cagancha e hizo la breve campaña que tan desastrosamente fué epilogada en el Paso de Quinteros, donde depuestas las armas bajo garantía de la vida, los vencedores, viólando la fe de la capitulación, ejecutaron a los vencidos.
El capitán Freire fue fusilado a las dos de la mañana del 2 de febrero de 1858 en la costa del arroyo
