Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/539

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de 1859, por decreto de Pereira, se le dió a García Lagos el nombramiento de secretario de la Embajada que el Dr. Andrés Lamas, ministro uruguayo en Brasil, debía desempeñar en varias naciones del viejo mundo. La misión diplomática, abundante en secretarios y agregados, con caídas al nepotismo, vino finalmente a quedar sin efecto. Desde el 1° al 8 de marzo del 60, al asumir la presidencia Bernardo P. Berro, ínterinó la secretaría de Relaciones Exteriores.

Abogado después de efectuada la práctica de reglamento en 1862, el Tribunal lo hizo Juez Letrado del Crimen en 1863 y por decreto del gobierno de Aguirre de 20 diciembre del 64 pasó a desempeñar la Fiscalía de Gobierno y Hacienda.

Malos vientos soplaban entonces para la situación, conmovida por las victorias del general colorado revolucionario Flores en campaña — unido a esas horas a un ejército auxiliar brasileño — y por la lucha de las fracciones del mismo Partido Blanco dentro de Montevideo. Se presentó entonces a García Lagos, la feliz ocasión de alejarse del país y de la eventual catástrofe, integrando en calidad de secretario de 1ª clase la misión del Dr. Cándido Juanicó, el cual marchaba a solicitar de las cortes europeas la garantía efectiva de la independencia nacional, que los hombres del gobierno de Aguirre consideraban en peligro. Pero la embajada de Juanicó, resuelta el 10 de enero de 1865, terminó a los 50 días, cuando Flores, Gobernador Provisorio, declaró que no tenía razón de ser, pues era carente “de la verdad y la dignidad indispensable”, El secretario García Lagos, en tales circunstancias, se dispuso a quedar en Europa permaneciendo por allá durante tres años.

Establecido con estudio de abogado en Montevideo, vino a encontrar el verdadero camino de su vida, colaborando activa, eficaz e inteligentemente, en trabajos facultativos, en la redacción, revisión y reforma de los Códigos, institución de la Cárcel Penitenciaria y estudio de sistemas penitenciarios, etc., a la par que en cuestiones de educación, que le fueron confiadas por el presidente Ellauri, el dictador Latorre y los gobiernos sucesivos.

Desafiliado del Partido Blanco para sumarse a las filas del nuevo partido llamado Constitucional en 1880, el presidente general Máximo Tajes lo hizo su Ministro de Relaciones Exteriores el 11 de abril de 1887 y en esa calidad acompañó al Presidente en su viaje a Buenos Aires y tuvo el insigne honor de presidir como canciller nuestro, el primer Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado, celebrado en Montevideo en 1888.

Ministro hasta el último día de la administración de Tajes, último día de febrero de 1890, el final de su existencia transcurrió en el tranquilo retiro de su hogar, donde, casi ciego en las postrimerías, falleció el 6 de noviembre de 1919.

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