Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/541

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tiéndose tal vez de un año atrás, de una afección al pecho, pero la acechanza de un mal cuya gravedad conocía perfectamente no fué bastante para hacerle modificar sus normas de conducta y participó en las tareas de asistencia de los coléricos, multiplicándose y acumulando tareas a tal punto que pasó dos semanas sin acostarse a dormir en una cama.

Como era de esperar, desgraciadamente, este cúmulo de trabajo tuvo repercusión en el organismo herido provocando el latigazo fatal de la dolencia, que abatió al facultativo el 28 de febrero de 1868.


GARET, CARLOS

Periodista francés nacido en Pau, Bajos Pirineos, el 19 de agosto de 1833, “que participó en la gesta de nuestra democracia”.

Vino al Uruguay el año 1856 junto con un hermano suyo, en el gobierno de Pereira, siendo un mozo de estudios, bachillerado en su país y sus primeras actividades se orientaron hacia el comercio llegando a trabajar independiente, dueño de un registro en sociedad con el hermano.

No era ese su camino y aumentando con los años juveniles predilecciones periodísticas, sacó a luz en Montevideo un diario escrito en su idioma nativo llamado “La France”, el 1° de agosto de 1878, La publicación cesó en 1880 para reaparecer en enero del 84, en oposición al gobierno de Santos pero con ciertas tendencias que lo acercaban al posibilismo de Albistur en “El Siglo”, desapareciendo definitivamente el 17 de setiembre del 87.

Correspondió a “La France” inaugurar con la Agencia Havas el primer servicio telegráfico de noticias Montevideo - Europa.

De orientación filosófica liberal, Garet polemizó con los católicos de “El Bien Público”, propugnó por la abolición de la pena de muerte, obligatoriedad del matrimonio civil y llevó a cabo varias campañas contra las empresas monopolizadoras de servicios públicos, una de las cuales, la del Gas, lo citó ante el Jurado de Imprenta en 1878, pero fué absuelto.

Distinguiendo de modo claro entre el gobierno que atacaba y el país que defendía, Garet se creyó obligado a rectificar, la ocasión llegada, las noticias y las afirmaciones falsas o tendenciosas enviadas al extranjero o publicadas en la prensa argentina en puro daño del crédito y nombre de la República, especies que otros diarios uruguayos en cambio recogían y transcribían festinantes a pesar de todo.

Esta bella actitud no pasó desapercibida de Santos, el cual, por su secretario Carralón de Larrúa, hizo agradecer a Garet los términos de su editorial “La difamación por correspondencia”. Esto no fué óbice, sin embargo, para que junto. con

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