Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/543

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menecer dos meses oculto para no caer en manos de la temible policia del tirano y una vez en Buenos Aires, donde pudo llegar sigilosamente, publicó en “artículo comunicado” a un diario, una carta abierta al dictador, requisitoria de extrema violencia de lenguaje, reveladora de una gran entereza cívica, pues las venganzas del Gobernador podían llegar lejos.

Radicado en la capital argentina, halló camino para sus aficiones periodísticas, colaborando en diarios porteños tan importantes como “El Nacional”.

Opositor a los gobiernos de Santos y de Vidal, figuró como capitán en el ejército ciudadano revolucionario de 1886 y, ayudante del general Castro en la batalla de Quebracho, donde triunfaron las armas del gobierno, pudo escapar de caer prisionero ganando como su jefe la costa argentina, después de varias vicisitudes.

Reintegrado al país en el gobierno del general Tajes, redactó junto con Antonio Bachini una bella segunda época de “El Heraldo”, diario que sostenía la política del presidente Herrera y Obes, al mismo tiempo que era electo diputado por votos del departamento de Montevideo para el periodo legislativo 1891-94, y reelegido para el siguiente, que no llegó a concluir, pasando al Senado por el departamento de Salto en 1896.

Elemento de fila en la mayoría parlamentaria que no quiso dar sus votos a Juan L. Cuestas para seguir gobernando la República una vez que concluyera su mandato legal, fué extrañado del país en noviembre de 1897, y de regreso al cabo de un mes, el golpe de Estado del 10 de febrero de 1898 lo despojó de su investidura senaturial lo mismo que a todos sus compañeros.

Después de varios meses de permanente conspiración, al fracasar la reacción armada del 4 de julio, volvió a ser desterrado una segunda vez, y en la ocasión, para desvincularse de la vida política nacional. Luego de un pasaje por el periodismo bonaerense marchó a Europa, publicando allí, en 1903, “La flecha del Charrúa”, panfleto enherbolado de circunstancias.

Establecido en París, ingresó al cuerpo de redactores de “Le Figaro”, al frente de una sección donde se trataban y comentaban cuestiones latino-americanas, y en 1907 dió a la imprenta su libro “Juan Ort”, en el cual se novela alrededor del archiduque austriaco Juan Salvador, cuyo paradero era y sigue siendo un misterio y al cual Garzón había creído identificar en Entre Ríos.

En el curso de su larga estada publicó en París porción de trabajos — en español o en francés — sobre múltiples tópicos relativos a países del continente.

Agente financiero del Uruguay en 1918, fué investido varias veces con la representación del país en embajadas especiales de conmemoración histórica ante los gobiernos de

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