cionando elementos de estudio de toda especie.
Después de este viaje fijó domicilio en Montevideo para darse al profesorado enseñando francés, lenguas sabias e historia natural, mientras continuaba los estudios de botánica que lo apasionaban cada vez más.
Fruto de esta labor inteligente y sostenida fué el libro editado bajo los auspicios de la Asociación Rural del Uruguay en 1873, escrito en latino, con el titulo de “Ennumeratio Plantarura sponte nascentínm agr Montevidensis”, y que es un catálogo de las plantas de la República.
Era el primer libro que se escribía sobre botánica del Uruguay, después de los ensayos clásicos de Larrañaga y constituía un estudió de grandísimo interés, al que faltó solamente — según dice Arechavaleta — una mayor ilustración bibliográfica y más noticias sobre la localidad, época de florecimiento, etc.
El importantísimo herbario de Giberi, base de sus trabajos, lo legó el sabio por testamento a su más aventajado discípulo el profesor José Arechavaleta, a quien inició en el estudio de la entomología en 1860, cuando el joven farmacéutico, aunque mostrando inclinaciones a las ciencias naturales, no se había especializado en botánica.
Otro discípulo de Gibert, a quien éste inculcó el gusto por las plantas, fué Federico Eugenio Balparda, destinado a ser su compañero favorito en las excursiones,
En ramas de estudios químicos, Mario Isola fué otro aprovechado discípulo de Gibert, a quien cuidó con cariño filial en sus últimos años, muriendo sobre su ataud, puede decirse, pues un ataque lo fulminó en el Cementerio del Buceo cuando daba el último adiós con palabras emocionadas al anciano maestro, cuya existencia había concluído en Montevideo el 8 de marzo de 1886,
GIELIS, JOSÉ
Litógrafo de la época en que se introdujo en la República el nuevo arte de grabar.
Belga, natural de Courtral, arribado al Uruguay recién independiente al comienzo de la década 1830, trabajó en la imprenta litográfica de Carlos Risso, primera casa del ramo establecida en el país a fines del mismo año.
En 1835 abrió una litografía proa al frente de la cual estuvo hasta su muerte.
Enrolado en la Defensa de Montevideo llegó a ser oficial en la Legión Francesa.
La carencia de obreros capaces de trabajar en un sistema que recién principiaba a desarrollarse le hizo formar porción de discípulos, siendo él quien inició en los secretos del grabado en la piedra al gran calígrafo Juan Manuel Besnes e Irigoyen, al mismo tiempo que lo iniciaba en los secretos de la masonería.
Desaparecido Gielis el 6 de se-
