Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/575

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decreto de 18 de diciembre de 1831 entró a formar parte de la Comisión encargada de la redacción de un Reglamento para la “Instrucción y Maniobra de la Infantería”, que tuvo aprobación superior con fecha 10 de febrero de 1863.

Creada la Inspección de Armas en 1863, se le nombró para ocuparla el 30 de enero.

Cuando la revolución encabezada por el general Venancio Flores, que había invadido la República el 19 de abril del 63, la Inspección General de Armas fué suprimida y el general Gómez pasó a ser jefe del Estado Mayor del Ejército de la Capital, el 8 de junio. Sin perjuicio del desempeño de esta cargo, el presidente Aguirre lo nombró el 9 de agosto del 64 Ministro interino de Guerra y Marina, entre tanto buscaba alguna salida de la situación en que la anarquía del Partido Blanco, creciente en la medida que los revolucionarios floristas crecían en fuerza, planteaba al primer magistrado.

Aguirre creyó conjurar la crisis de gobierno el 3 de enero del 65 con la designación de un hombre civil de extrema izquierda, notoriamente descentrado en aquellas horas, el doctor Jacinto Susviela. (Ver este nombre).

El general Gómez volvió entonces a su puesto en el Estado Mayor General del Ejército, en el que había sido confirmado el 20 de setiembre del año anterior mientras ejercía funciones de Ministro interino. Suspendido el funcionamiento del Estado Mayor el 13 de enero, cuando los revolucionarios, aliados con las fuerzas interventoras del Brasil, estaban a las puertas de la capital sin que vislumbraran esperanzas de salvación por ningún lado, fué destinado a mandar como 2 jefe el 1.er Cuerpo de Ejército el 27 de enero y el 1° de febrero recibió el mando en jefe de los ejércitos gubernistas, que para decir verdad existían únicamente sobre el papel a esa altura de los acontecimientos.

La victoria definitiva de Flores, que entró triunfante en Montevideo el 21 de febrero para recibirse del poder, puso fin a todo.

El general Gómez, siguiendo el ejemplo de la mayoría de los jefes blancos se ausentó del país y aunque el vencedor no lo persiguió como no permitió que se persiguiera a nadie, el caso de Gómez era especial por la participación que pudiera caberle en los sucesos de febrero del 58. Un decreto del dictador Flores expedido el 17 de marzo modificó su situación. Determinábase en él que, como el juzgamiento del crimen perpetrado en Quinteros debía revestir toda la majestad de un juicio nacional, en que la imparcialidad no pudiera ser ni remotamente sospechada produciendo así los saludables efectos consiguientes, mientras el gobierno provisorio rigiera los destinos del país quedaba prohibida la iniciación del juicio referido. Gómez pudo entonces volver tranquilo a la República.

La revolución organizada por Bernardo P. Berro el 19 de febrero del

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