ascenso a general, cuando se decretó la promoción al grado inmediato a todos los esforzados próceres sobrevivientes de la independencia, como un deber de estricta justicia y un testimonio de la gratitud nacional.
El general Pablo José Goyena, que conservó hasta sus últimos años la gallarda apostura de sus buenos tiempos, falleció el 4 de agosto del año 1887.
GOYENECHE Bertrand, JUAN Pablo
Militar, que vió la luz en Arneguy, Bajos Pirineos, Francia, en febrero de 1813 y que después de iniciarse en la marina de guerra de su país, llegó a nuestra República siendo joven, abandonando su carrera para casarse con una señorita de Maldonado, donde se estableció.
Habiéndose hecho amigo del general Rivera, se puso a su servicio como alférez de caballería de Guardia Nacional el principiar éste la revolución de 1836. Participó en las más importantes acciones de la prolongada lucha, desempeñó el cargo de Comisario General y fué promovido a sargento mayor el 18 de junio de 1838, después de la batalla de Palmar, siendo con ese grado que aparece entre los firmantes del acta de Celestino — 21 de setiembre del mismo año — por la que se dan a Rivera los títulos de “Padre de los Pueblos y Columna de la Constitución”.
Durante la Guerra Grande su actuación fué movida e intensa, casi siempre cerca de su jefe. Estuvo en Cagancha siendo ayudante del general Rivera, y se encontró en la terrible derrota de Arroyo Grande, de donde pasó a Brasil, para ocuparse empeñosamente en la difícil tarea de reorganizar los restos del ejército nacional refugiados en tierra extraña.
Agregado a la misión diplomática del coronel Melchor Pacheco y Obes ante los gobiernos europeos en 1849, pronto se desavino con su jefe y regresó antes que él.
Cuando en 1851, el general Urquiza sublevado contra Rosas, cruzó el Uruguay para batir a Oribe sitiador de Montevideo, Goyeneche fué a ponerse a órdenes del caudillo entrerriano.
Restablecido el orden constitucional, en los trastornos políticos que subsiguieron a la caída de Giró, tuvo el mando de las fuerzas movilizadas en el Salto.
Teniente coronel de caballería de línea el 3 de marzo de 1854, el 2 de setiembre del mismo año fué nombrado Jefe Político de aquel departamento y se mantuvo en el puesto hasta que lo sustituyó el mayor Miguel Nieto en febrero del año siguiente.
Durante la revolución de 1857 estaba fuera de actividad residiendo en Salto y emigró antes que el coronel Lamas tuviese tiempo de prenderlo, siendo dado de baja en febrero del 38.
En la Cruzada Libertadora fué un valioso auxiliar del general Flores
