Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/630

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bachiller en mayo de 1795, y luego pasó a continuar sus estudios en España, para graduarse de abogado el 21 de mayo de 1799.

En posesión de su título volvió a Montevideo e inmediatamente abrió estudio, adquiriendo tan cabal reputación de hombre inteligente y versado en materia jurídica, que en el año 1806, el Cabildo determinó confiarle ante el gobierno de España una misión enderezada a hacer valer los méritos contraídos por la ciudad en la reciente lucha contra los ingleses. Circunstancias especiales, y todas adversas, le permitieron nada más que la obtención del título de “Muy Fiel y Reconquistadora”, aparte de algunas franquicias de orden económico.

Elegido diputado al Congreso de Bayona de 1808, durante su permanencia en la península suscribió la Constitución del reino y reconoció por monarca a José Bonaparte.

De paso en Montevideo, camino del Perú, donde iba a ocupar la presidencia de la Audiencia de Huancavélica, para la cual se le había designado, la revolución de mayo de 1810 vino a perturbar sus planes.

Sospechoso a las autoridades españolas, lo desterraron de la ciudad a poco de prolongarse las hostilidades con Buenos Aires, y en Canelones, donde fué a residir, lo vino a procurar el general Rondeau para confiarle funciones de secretario.

Puesto a servicio de la Revolución, su talento, su preparación y los dones de hombre de mundo que concurrían en el Dr. Herrera, bastaban para asegurarle el éxito en la vida política.

Cuando se presentó en Buenos Aires tuvo excelente recepción y a poco andar fué designado Ministro Secretarío de Hacienda y Guerra, teniendo por colega a Bernardino Rivadavia y realizando una gestión luminosa y constructiva.

Diputado a la Asamblea de 1813, fué uno de los redactores del proyecto de Constitución.

Investido con una misión especial ante el gobierno del Paraguay, la suerte no lo acompañó en sus gestiones y estaba de vuelta en Buenos Aires a fines del mismo año.

Creado el cargo de Supremo Director y llevado a ocuparlo el Notario Eclesiástico Gervasio Antonio Posadas, hombre sin antecedentes políticos, sin talento y sin carácter, la posición del Dr. Herrera, hecho Ministro de Gobierno, experimentó un extraordinario adelantamiento.

Partícipe de la animadversión y los odios contra Artigas, cuando Posadas fué sustituido por su sobrino Carlos de Alvear, tuvo reforzada su posición en el Ministerio, que siguió ocupando.

En esa época el Dr. Herrera se había hecho — sin que lo ocultara — partidario de la forma monárquica de gobierno, pues “como la mayoría de los hombres ilustrados de su tiempo, no tuvo fé en la organización democrática de las nacientes nacionalidades americanas; en ese

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