Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/635

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ra y Obes — 24 de noviembre de 1886 el Ministerio de Gobierno que el Dr. Ramírez venía de dimitir, conforme lo habían hecho en sus respectivas carteras los otros dos miembros constitucionalistas del gabinete de la Conciliación. La entrada del nuevo secretario, significativa de un triunfo del Partido Colorado que alejaría la posibilidad de un futuro presidente neutral o neutralizable, fué mal recibida en los sectores políticos que propugnaban por una solución de esta índole.

Cierta circunstancia casual dió pie por esos s a la acusación de excesivo partidismo hecha al Ministro. El 13 de abril de 1887, con motivo de una manifestación popular del Partido Colorado, el constructor de una torre de alumbrado eléctrico alzada en la Plaza Independencia, colocó en lo alto de aquélla una bandera colorada. Reparóse en ello y los diarios opositores creyeron o fingieron creer que la bandera significaba la expresión fuera de tono y de época del partidismo del Ministro. Explotóse la versión a tal extremo que el presidente Tajes, en una carta a Héctor Varela, debió expresarle que se trataba de un insignificante incidente por obra de un particular en una propiedad suya, al que el gobierno había sido totalmente extraño, y el cual podía servir de pretexto, como efectivamente servía, a mistificaciones que ninguno de sus actos autorizaba y que sólo podía tener explicación “ya que no disculpa”, atenta la lucha democrática en que vivía el país.

Candidato a la presidencia de la República para el período 1890 - 94, resultó elegido por la asamblea General el 1° de marzo de 1890. “Subía el Dr. Herrera y Obes a las alturas del gobierno — dice uno de nuestros grandes escritores — alzado en hombros de su partido, como resultado de una evolución política a que él había dado orientación con su talento poderoso, y como personificación de las esperanzas del país que imaginaba en él al predestinado para fundar definitivamente el régimen de las instituciones, y que realzaba esta esperanza con el orgullo de ver destacarse alguna vez en la más encumbrada posición de la República a uno de los más altos exponentes de su inteligencia y de su cultura”.

Excluye la biografía del hombre la historia aún compendiada de su gestión administrativa, pero puede decirse que en el cuadrienio de su gobierno, después de 15 años de dominaciones militares, demostró la posibilidad del gobierno civil, en que la paz se mantuvo inalterable y sin violencias, pues no alcanzó a conmoverla ni por un instante el brote revolucionario nacionalista del 11 de octubre de 1891 en la Villa de la Unión, con un saldo de 5 o 6 vidas perdidas.

La formidable crisis financiera que abatiéndose sobre el país arrastró varios Bancos, inclusive el Banco Nacional, pudo liquidarse conservando intacto el régimen monetario a oro, y la consolidación de las deudas, que el Dr. José Ellauri,

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