Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/642

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bierno de Máximo Santos, dirigió con Duvimioso Terra “El Nacional”, diario que tuvo corta vida, dejando de aparecer cuando principiaban a sentirse los primeros truenos anunciadores de la reacción armada de 1886, que el gobierno debía aplastar en campos de Quebracho el 31 de Marzo.

El trascendente cambio determinado en la marcha política del país por el Ministerio de la Conciliación y el advenimiento inmediato del general Tajes a la presidencia de la República, dió lugar a que Herrero y Espinosa ingresara a la Cámara de diputados votado por el departamento de Montevideo en 1888, vara la 16ª legislatura. No reelecto en la siguiente, hallábase dedicado a su estudio y a la regencia de la cátedra de derecho constitucional que dictaba en la Facultad, cuando el presidente Herrera y Obes le confió la cartera de Relaciones Exteriores el 2 de marzo de 1891.

Representaba Herrero y Espinosa la tendencia moderada y colaboracionista dentro de las filas de su partido, que una administración civil honrada y amplia de miras hacía viable con gran beneficio para el país.

Marchóse sin tropiezos hasta que el episodio sangriento del 11 de octubre de 1891 en la Unión — conato de revolución nacionalista fracasado — provocó la renuncia de Herrero y Espinosa el día 21 del propio mes. El Presidente se abstuvo de proveer el puesto, pues inteligente y tolerante, como sabía que era también el canciller, abrigaba la certeza de que Herrero y Espinosa volvería al gabinete. Efectivamente así aconteció el 23 de febrero de 1892 y esta vez para acompañarlo hasta el 3 de noviembre del año siguiente, en que abandonó el cargo a fin de ponerse en condiciones constitucionales de ser electo diputado por Cerro Largo en la 18ª legislatura, Reelecto para la 19ª en 1896 — siempre en orientación colaboracionista con el gobierno colorado — la revolución de su partido lo encontró integrando las amadas cámaras bordistas, cuya legitimidad tanto se discutía. En esas circunstancias hizo renuncia de la diputación y después de la paz de setiembre de 1897 adhirió a la política de Juan Lindolfo Cuestas, el cual, una vez derrocada el 10 de febrero del 98 la misma Asamblea en que Herrero y Espinosa había tenido asiento, lo designó consejero de Estado en el gobierno dictatorial subsiguiente al golpe de fuerza con el número 28 en la nómina de los 30 miembros nacionalistas.

De nuevo la República en el régimen de la constitución, volvió al Gabinete el 5 de marzo de 1899 llamado por el presidente Cuestas y tuvo a su cargo nuestra cancillería hasta el 5 de junio de 1901. En la 21ª legislatura fué llevado a la cámara de diputados por los electores de Maldonado, siendo reelecto en la 22ª.

Falleció este distinguido ciudadano integrando la legislatura 23ª, donde representaba al departamento de Cerro Largo, a consecuencia de una

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