Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/654

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

cir, a la muerte del ingeniero Juan José Castro — que había sido Ministro de Fomento de Idiarte Borda durante todo su gobierno —, “que nunca lo atacó en “El Nacional”, pues siempre lo tuvo en muy elevado concepto”, corroboraría lo afirmado.

El nacionalismo, jugándose en una solución de fuerza, provocó el alzamiento en Cerro Largo de uno de sus hombres de guerra, Aparicio Saravia, con el propósito de entorpecer las elecciones en noviembre de 1896; y en marzo de 1897, la República fué invadida simultáneamente desde la frontera del Brasil por el mismo Saravia y desde la Argentina por José Núñez y Diego Lamas.

Iniciábase de este modo una revolución destinada a prolongarse un semestre y en el curso de la cual el Ejército del Norte, al mando del general Villar, fué derrotado por Núñez y Lamas en el Paso de Tres Arboles el 17 de marzo, y dos días después, el general gubernista Justino Muniz infligía una derrota a Saravia en Arbolito.

Villar, tornando por su crédito, logró vencer a su turno en Cerros Blancos el 14 de mayo a las fuerzas unidas de Saravia y Lamas, pues Núñez había abandonado la lucha. El 18 de julio se peleó con violencia en Aceguá, en horas en que ya empezaba a hablarse de paz.

El 25 de agosto, cuando abandonaba la catedral de Montevideo después de asistir a un Te-Deum, el presidente Idiarte Borda cayó muerto de un tiro de revólver, Aprehendido el agresor, un mozo dependiente de comercio, Avelino Arredondo, comprobóse que se trataba de un acto aislado, meramente individual, pero que tuvo inmediata repercusión política. El presidente del Senado Juan L, Cuestas, llamado por ley a ejercer el Poder Ejecutivo, firmó con los nacionalistas revolucionarios la paz del 18 de setiembre.

Terminada así trágicamente la presidencia de Juan Idiarte Borda, es necesario añadir tan sólo que, a despecho de los errores políticos de este ciudadano y de las imputaciones de que se hizo objeto a su gestión administrativa, habrá que acreditar siempre en su buena cuenta la fundación del Banco de la República sobre sólidas y convenientes bases; el estudio, hasta ponerlas en punto de ejecución, de las obras del Puerto de Montevideo, y también el respeto y la tolerancia demostrada en todo lo atinente con las libertades políticas y en especial con la libertad de prensa, a la que toleró verdaderos desbordes aún en pleno período revolucionario.


IRASUSTA, PEDRO

Sacerdote español, nacido en San Sebastián en febrero de 1831.

Ordenado en nuestro país en 1855, vivió la mayor parte de su vida en el Uruguay. Ejerció su ministerio en Durazno y en Colonia en calidad de cura párroco. Tenía cierto prestigio corno predicador sagrado, cuando su panegírico del ex-jesuita Dr. Magesté contribuyó a su nombradía.

— 654 —