obtuvo la concesión de los ferrocarriles del Oeste y con ello las obras del puerto del Sauce recibieron un vigoroso empuje. El puerto, primitivamente de 14 pies, se llevó a los 25, permitiendo servir a la exportación y a la importación en una de las zonas más ricas del país, y dió origen a un gran centro fabril que actualmente agrupa varios miles de habitantes.
Al margen de los negocios y ocupaciones absorbentes, tuvo Lacaze una corta sí que limpia actuación en política durante el gobierno de Santos, como diputado a la 15ª legislatura.
Miembro de una minoría colorada constituida en sector independiente, que el ritmo de los sucesos llevó poco a poco al terreno de la oposición hasta ponerla en abierto conflicto con el Poder Ejecutivo, los diputados que componían el grupo hicieron renuncia de sus cargos en acto de protesta formulado en sereno y digno documento colectivo, que lleva fecha 11 de agosto de 1885 y que suscribe en primer término Juan Lacaze. — (Ver Juan Idiarte Borda).
Privado de las inmunidades parlamentarias que eran la única garantía con que podía contar en esa hora, el ex-legislador buscó asilo en la legación de Francia para de allí trasladarse a Buenos Aires.
Los emigrados uruguayos, sin distinción de partido, hallábanse en preparativos de tentar una lucha armada, Lacaze, conjuntamente con otros varios compañeros de causa, decidiéronse por un movimiento que debía encabezar por la frontera norte el coronel Nicasio Galeano, mientras la gran mayoría estuvo por la invasión que encabezarían los generales Castro y Arredondo, atravesando el Río Uruguay.
Derrotados éstos completamente en Quebracho el 31 de marzo de 1386, el plan de operaciones por la frontera del Brasil tuvo un principio de ejecución sin trascendencia, Poco tiempo después la oportunidad había pasado.
Hubo cambios políticos de fondo, ocurridos en Montevideo, que decidieron favorablemente y en paz los destinos del país: el general Máximo Santos había formado el Ministerio de la Conciliación en noviembre, y pocos días después hacía abandono del gobierno.
Lacaze, libre de preocupaciones políticas, se encontró habilitado para dedicar de lleno sus grandes energías a las actividades múltiples que en todo momento lo reclamaban de largo tiempo atrás.
Una enfermedad insidiosa vino a detenerlo en el ápice de su cartera, en pleno vigor de sus energías útiles, y el 26 de agosto de 1908 falleció en el sanatorio de Aachen, en Alemania, donde se asistía desde varios meses atrás.
Una ley de 15 de marzo de 1909 cambió la denominación de Sauce tomada de un cercano arroyo, con que era conocido el puerto y el pueblo, para darle el nombre actual de Juan L. Lacaze, en merecido homenaje al progresista compatriota.
