Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/686

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do al diplomático uruguayo una posición de excepcional prestigio en la Corte.

El gobierno de Giró cometióle especialmente para insistir ante el gobierno brasileño sobre la continuación del subsidio acordado en octubre de 1851, y el 20 del propio mes de junio se ampliaron sus funciones con el encargo de negociar un empréstito.

Como la simple autorización no estuviese de acuerdo con las prácticas de cancillería, el 24 de diciembre se le extendieron credenciales de ministro plenipotenciario. Dos años ejerció este cargo declinado por motivos de salud y le fué aceptada la renuncia el 13 de agosto de 1855. En ese mismo año apareció en Río Janeiro su “Manifiesto a sus compatriotas”, patético llamado a la paz, a la concordia y a la acción coordinada y solidaria en torno de un programa político removedor y vivo.

Admirable escrito de político y de sociólogo, sin duda ninguna, el Manifiesto marca la culminación de la carrera de Lamas: él precipitó la revolución de agosto y provocó la caída del gobierno del general Flores. Pero era también una hermosa elucubración teórica que su autor no intentó siquiera llevar de la prédica al terreno candente de la realidad, viniendo al país a lanzarse a la arena de la lucha adoptando una posición enérgica e irreductible, en vez de complicarse en la reacción que se operó en el país, antítesis de sus predicados y ponerse al servicio del gobierno indefendible de Pereira,

Este lo designó una nueva vez ministro en el Brasil el 3 de setiembre de 1856. Bien pudo el destino. haberle dispensado esta inútil tercera plenipotencia donde, en notas de carácter oficial, tuvo calificativos duros e injustos para los revolucionarios conservadores del 58, que al fin habían sido los ejecutantes de sus planes del 55, y palabras despectivas y hasta ensañadas para juzgar a las víctimas de los terribles sucesos de Quinteros.

Correspondió a esta época la negociación de los nuevos tratados con el Brasil que no llegaron a obtener: la aprobación parlamentaria, En premio de estos servicios, Pereira hizo crear para confiarle a Lamas, una misión diplomática especial de primera clase separada de las existentes, acreditada ante el Papa, Napoleón III, Victoria de Inglaterra e Isabel de España, con un vastísimo programa de gestiones a realizar, conforme a decreto de 11 de marzo de 1857. Debía entrar a desempeñarla tan luego como terminara los cometidos de que estaba encargado en el Brasil, llevando entre su personal, como secretarios, a Antonio Pereira, hijo del presidente de la República y a Andrés Lamas, su propio hijo. Sin embargo, esta embajada con ribetes nepotistas no llegó a tener realización y Lamas cesó de ser ministro en el Brasil hasta que, el 15 de setiembre de 1862, el gobierno de Berro “teniendo que tratar algunos asuntos de interés con el gobierno de S. M. el Emperador”, acordó nombrarlo agente confidencial.

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