Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/705

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brado Jefe Político de Tacuarembó, cuando se creó este departamento, segregándosele — por ley de 16 de junio — del antiguo inmenso de Paysandú. Sin figuración en los años 36-38 de la revolución riverista, pues era entonces un simple ciudadano, al finalizar el gobierno de Oribe con su renuncia a la presidencia de la República, no emigró a la Argentina, como lo hicieron por solidaridad partidista otros correligionarios. Sin embargo, no pudo sustraerse a las solicitaciones banderizas, por cuya razón en setiembre de 1839, trabada entonces la guerra contra Rosas, el gobierno le envió el pasaporte y lo puso en el buque que lo conduciría a Buenos Aires.

Su actuación durante la Guerra Grande no tiene relieve en el campo del Cerrito, donde prestó servicios y después, al ajustarse la Paz de Octubre, en plenas actividades civiles, explotó como empresario el ramo de postas y diligencias.

Acordado, en el gobierno de Pereira, el plan de refundición en una sola oficina, de la Dirección de Correos y la Dirección de Postas, de la cual Lapido seguía siendo asentista, se le designó Administrador de Correos en carácter de honorario el 17 de abril de 1856 estuvo en el cargo hasta el 1° de diciembre de 1858, en que, vuelto al régimen anterior, quedó separado, dándosele por reemplazante a Prudencio Echeverriarza.

En ese año había ingresado al parlamento como senador por Cerro Largo y ya entonces era dueño de una cuantiosa fortuna y acreedor del Estado por sumas que devengaban intereses mensuales de uno y cuarto, que no eran desde luego los más duros.

Su mandato comprendía el sexenio 1858-64, pero no pudo terminarlo, pues falleció en Montevideo el 26 de noviembre de 1859.


LAPIDO, OCTAVIO Hermógenes

Ministro de Estado y diplomático. Era hijo del coronel de la independencia Atanasio Lapido y había nacido en Montevideo el 19 de abril de 1829.

Hombre afable y dotado de bellas prendas de carácter, a estas cualidades más que a sus dotes intelectuales, deben atribuirse las elevadas posiciones que el Dr. Lapido ocupó en el gobierno del país.

Heredó de su padre una gran fortuna y continuando las actividades de éste, fué asentista de postas hasta el año 1860.

Diputado por Salto en las cámaras de 1858-61 y reelecto para la que iniciaba sus sesiones en 1861, dimitió su cargo cuando el presidente Berro lo designó Encargado de Negocios en el Brasil el 25 de febrero de 1862, de cuyo puesto pasó a Buenos Aires con carácter de Agente confidencial el 3 de octubre, para exponer al gobierno de Mitre los temores del nuestro respecto a una próxima invasíón armada del general colorado Flores. No obstante las gestiones de Lapido, la invasíón se

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