Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/738

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yera, el cual quedó a disposición de la justicia ordinaria.

Deseoso el presidente Santos, en toda ocasión, de hacer sentir más rigor a los elementos militares que desvinculados de su país por larga ausencia, volvían a él e intervenían en nuestras cuestiones con propósito de alterar el orden público, aprovechó el momento de proceder contra Layera ordenando la reapertura del proceso incoado en 1868 con motivo de la revolución de febrero y del asesinato del general Flores, donde su prisionero — según se dijo antes — aparecía como uno de los presumibles actores.

Nada pudo hallar la justicia en aquellos viejos que llevaban cerca de veinte años de archivo y Layera fué devuelto a la líbertad en octubre del mismo año 85, conforme a dictamen de ley.

De retorno en Buenos Aires después del insuceso, la salud de Layera se resintió por contragolpe. Postrado a causa de una afección renal, pudo saber todavía del fracaso de otra revolución contra Santos este vez formidable — en el mes de marzo de 1886.

Ese mismo año, el 27 de octubre, dejó de existir en la capital argentina.

Un hijo del comandante Layera, uruguayo, como él llamado Máximo, siguió carrera militar en la República Argentina y tenia grado de teniente de artillería cuando fué muerto en Buenos Aires, en julio de 1890, mientras peleaba por la revolución en la Plaza del Parque.


LAZIES, JUAN

Oficial del ejército, que sacrificó á sus honradas convicciones ciudadanas una carrera comenzada bajo promisores auspicios.

Se crió en nuestro país, pues sus pares lo trajeron consigo de Francia, niño de tierna edad. Era nativo de Villeconptal donde había visto luz en 1846.

Sus servicios de armas principian en 1865 en el Batallón “Libertad”, de donde pasó al “24 de Abril” siendo sargento 1° el 22 de agosto de 1866, ascendiendo a subteniente en abril de 1867 y a teniente 2° en agosto de 1868. Hizo toda la campaña del Paraguay, fué herido por una bala que le atravesó el cuerpo y volvió a la República recién en noviembre de 1869, sirviendo siempre en el “24 de Abril”. Al transformarse éste en 3° de Cazadores continuó en la misma unidad, llegando a teniente 1° en enero del 70 y a ayudante mayor el 4 de agosto del mismo año.

Durante la revolución encabezada por el coronel Timoteo Aparicio, en una salida que efectuó la guarnición de Montevideo hasta la Unión, fué herido el 29 de noviembre de 1870, lo que le acarreó una larga y penosa convalescencia. Ascendió a capitán el 27 de julio de 1871.

A órdenes del pundonoroso comandante Lalemand en la funesta noche del 15 de enero de 1875, el rápido desarrollo de los sucesos en el propio cuartel, no le permitió solidarizarse con la hermosa actitud de

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