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visorio reunido en la Florida el 14 de junio de 1825, encontrando en Araúcho eficaz concurso para las tareas preliminares, lo honraron con la designación de secretario y desde su puesto inclinó los sufragios para hacer Presidente de la Sala a Manuel Calleros, a mérito del decanato de edad que concurría en su persona.

Oficial de Gobierno, cuando la Asamblea Constituyente del Estado, reuniéndose en Florida en 1828, dispuso tener dos secretarios, designó a Araúcho el 26 de noviembre para que compartiese las tareas con Carlos de San Vicente. Araúcho hizo renuncia del cargo fundándola en la combinación de circunstancias insuperables “que no debía expresar” y “en la conciencia de su incapacidad”.

Si bien esa actitud privó a la Asamblea de un excelente secretario, merced a ella pudo seguir rindiendo grandes servicios en ramas administrativas, pues conservó el puesto en la Secretaría de Estado hasta setiembre de 1829 en que hizo dimisión.

El año anterior había obtenido título de escribano libre de exámenes “en razón de sus notorias aptitudes y servicios prestados en funciones públicas”.

Perfiladas las diversas tendencias políticas, una vez que el régimen republicano entró en funciones, Araúcho formó parte del grupo de hombres de elección que acompañaron al presidente Rivera. Era Juez privativo del Crimen cuando el 2 de marzo de 1838 la Asamblea General lo votó para llenar el puesto vacante del Tribunal de Justicia.

Licenciado en derecho, conforme se dijo antes, e inscripto en la matrícula respectiva para el ejercicio de la profesión, el título de doctor en leyes se le acordó solamente el 17 de agosto de 1850.

Electo diputado por Durazno en 1841, Presidente del Tribunal, el 14 de febrero de 1846, por tal investidura, pasó a integrar la Asamblea de Notables instituída por el gobierno de la Defensa de Montevideo.

Después de la paz del 8 de octubre de 1852, reorganizados los poderes públicos, se le votó senador por Soriano, pero declinó el cargo al año siguiente, considerando incompatibles las funciones legislativas y judiciales conforme a la doctrina de la constitución.

En 1854, después de dieciocho años de ser miembro del Tribunal, acogióse a los beneficios de la jubilación.

En la Doble Asamblea del 55 al 56, el electorado salteño lo trajo de nuevo a la cámara de diputados, siendo este su último destino público.

El 16 de junio de 1862, las cámaras le votaron en cambio de su retiro legal, un premio en dinero, por los servicios prestados a la independencia durante la guerra con el Brasil.

Hombre de los más preparados de su tiempo, fué miembro fundador del Instituto Histórico y Geográfico, inaugurado el 25 de mayo de 1843, perteneció al Instituto de Instruc-

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