cepción del Uruguay, cayó en una celada que se le tendió muy hábilmente en complicidad con agentes latorristas que tenían su centro en Gualeguaychú. Conforme a la última versión, Ledesma se encontró sorpresivamente en manos de sus perseguidores cuando creía ir, en un bote a vela, a tratar la compra de una embarcación fondeada en el Uruguay, próxima al vapor en que lo estaban esperando.
Trincado sin defensa, fué muerto y su cuerpo tirado al agua, en días que corresponden más o menos a fines de febrero de 1880.
En el diario montevideano “El Plata” se dijo, con posteridad, que Latorre asistía a las carreras cuando recibió un telegrama con la noticia de la muerte de Ledesma y que lo hizo circular entre los más íntimos que lo rodeaban “con la mayor sencillez del mundo”.
Fué la última exhibición de la sangrienta prepotencia del terrible coronel. Máximo Santos, de regreso precisamente de la recorrida por el litoral, llegaría a tiempo para eliminarlo del poder, obligándolo luego a huír del país.
LEITE Y ACEVEDO, LEONARDO de Sousa
Ministro y cónsul de Portugal, a quien una larga carrera hecha totalmente en el Uruguay y su reiterada actividad en nuestras cosas políticas y pleitos internos incorporaron a la historia de la República, con la simple denominación de Cónsul Leite.
Nacido en 1774, vino al país durante la dominación portuguesa como capitán del batallón de Talavera. En Montevideo contrajo unión con una montevideana, para regresar a su patria al independizarse el Brasil. En Portugal tomó participación en la guerra civil entre liberales y miguelistas, y al triunfo de los primeros volvió al Uruguay. Aquí fijó su residencia, hizo fortuna y obtuvo el nombramiento de cónsul de su Majestad Fidelísima el 8 de enero de 1836 y el de Cónsul General el 14 de octubre de 1837.
Ligado estrechamente a nuestra sociedad, fué amigo y convencido partidario del general Oribe, cuya causa sirvió con tanto interés y tal falta de disimulo, que a poco de iniciarse el sitio de Montevideo, el gobierno creyó necesario dictar un violento decreto desconociéndolo en su carácter de funcionario consular de Portugal, En esa resolución, que lleva fecha 8 de octubre de 1843, se recapitulan y concretan a Leite cargos graves como el de ser agente de los sitiadores, haber secundado planes e intrigas de Rosas y emplear los navíos de guerra de su país, sus buques y sus Oficiales en trabajos de conspiración y en el transporte y ocultación de desertores, para concluir expresando que si se adoptaba resolución semejante, era
