zo una colocación previa de ejemplares, Las listas que corren impresas al final de cada uno de los tres tomos de su libro, demuestran la aceptación que en todas las clases de nuestra sociedad halló la buena idea del preceptor.
La guerra contra el tirano de Buenos Aires, que vino a sustraerlo de sus sedentarias tareas, le dió tiempo, sin embargo, para la publicación completa de su antología, pues aparecieron sucesivamente en el correr del año 1835, el primer tomo impreso en Buenos Aires, el segundo en el mismo año por tipos de la imprenta de la Caridad, en Montevideo, y el tercero en 1837 por la imprenta Oriental, en la propia ciudad.
Rarísima pieza bibliográfica de muchos años atrás, el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay prestó un buen servicio a las letras rioplatenses, haciendo en 1927 una reimpresión del Parnaso, prologada por el Dr. Gustavo Gallinal y con ciertas características fascimilares.
Unitario adicto personalmente al general Juan Lavalle, a cuyas Órdenes había servido en el Ejército Republicano, Lira, abandonando su escuela y su familia y sin preocuparse del mal estado de su salud, marchó en la expedición libertadora que iba a llevar la guerra a Buenos Aires en agosto de 1839, participando en la toma de la Isla de Martin García. Después de este triunfo regresó por un tiempo a nuestra capital en comisión de servicio, volviendo luego al Ejército, donde se encontraba cuando invadió territorio argentino y en sus filas triunfó en Yeruá y las acciones subsiguientes.
Extenuado por las fatigas de la guerra, vino a morir el mismo año 1839, en los días de la campaña de Corrientes.
LIVI, JOSÉ
Escultor italiano, primer artista de ese género plástico digno de tal nombre que se haya conocido y dejado obra en la República.
Procedía de las escuelas de Florencia y Carrara, conforme a sus anuncios, y después de algún tiempo de residencia en Entre Ríos y Buenos Aires, vino a Montevideo a fines de 1859, trayendo consigo algunos trabajos en mármol.
En enero de 1860, el arquitecto Poncini, presentándolo al presidente Pereira, tiene para su paisano términos justamente elogiosos, al decirle que si quería confiarle la ejecución de su busto podía estar seguro “que sabría desempeñarse como verdadero profesor que es”.
Establecido con taller en la calle Andes N° 92 (antiguo), expuso allí “La Caridad”, hermoso grupo de tres figuras que luego adquirió, junto con otras de su cincel, la Comisión de Beneficencia y están distribuidas en el vestíbulo y la escalera principal del Hospital Maciel.
