Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/781

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gistrado su actuación en el cargo, que iba a conservar todavía en la revolución de Flores, pues le tocó intervenir en juicios que se relacionaban con cuestiones políticas que contribuyeron a oscurecer más su afiliación como partidario, permitiendo que, en el andar del tiempo en 1868 — Julio Herrera y Obes, un poco cegado por la pasión, lo acusara por los diarios de haber secundado les persecuciones de los blancos a la prensa colorada, convertido en esbirro del ministro de las Carreras.

Sin destino público después de la victoria del general colorado Venancio Flores, en 1865, vivió algún tiempo en Buenos Aires, perteneciendo a esa época “Caramurú”, novela de ambiente rioplatense y “Farsa contra Farsa”, aparecidas ambas en aquel año.

Llamado en la presidencia del general Lorenzo Batlle, para integrar su primer gabinete en la cartera de Relaciones Exteriores el 1°de marzo de 1863, fué ministro de Hacienda del mismo gobierno el 17 de marzo de 1869, tocándole actuar en tan graves momentos como los relacionados con el curso forzoso, que trajeron como secuela la revuelta del general Caraballo.

Catedrático. en la Facultad de Derecho, se le nombró Rector de la Universidad en 1878 a raíz de la reforma hecha por el dictador Latorre del estatuto de aquella casa. En desempeño. del cargo promovió varios progresos y revisó algunos reglamentos; obligó a España a aceptar nuestros títulos bajo amenaza de negar la aceptación de los españoles, y otorgó las primeras franquicias al Instituto Politécnico del Salto para los estudios de enseñanza secundaria.

En 1880 publicó un mosaico titulado “Violetas y Ortigas”, libro heterogéneo y de muy escaso mérito, y en 1884 la colección de versos titulada “Palmas y Ombúes”, a la cual siguió, en 1888, una segunda serie del mismo nombre. Con motivo de la erección del Monumento a la Independencia en la ciudad de Florida, y para arbitrar fondos a la obra, había compilado la antología “Álbum de Poesías Uruguayas”, impresa en 1878.

Juzgado como poeta, se ha dicho que Magariños Cervantes “no es indigno del parnaso español de su tiempo” y lo mismo puede decirse de sus noveles y leyendas. No es un gran elogio desde luego, porque la producción literaria española de su época era mala, trivial, declamatoria y pesada de hojarasca.

No obstante, por largo periodo de tiempo, ejerció un verdadero patriarcado en nuestro disminuido mundo de letras de entonces, con el prestigio de sus múltiples títulos impresos, sus honores de correspondiente de la Academia Española, su posición social y política, y hasta por la autoridad de sus venerables canas. Todo esto, se entiende, como “valor de relación”, pues Magariños Cervantes no tuvo inspiración poética; y

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