si la tuvo, en el íntimo fondo de su corazón, no consiguió que se revelase aflorando en sus producciones, que le resultaron artificiales y vacías. Como novelista escribió de memoria y a capricho.
Falleció siendo senador por Rocha el 17 de marzo de 1893, sin enfermedad, puede decirse. El gobierno le decretó honores oficiales, presidiendo el duelo el presidente Dr. Julio Herrera y Obes.
Fué el tronco de los Magariños Roca.
MAGARIÑOS CERVANTES, MATEO
Ministro de Estado, diplomático y periodista. Hijo del ministro Francisco de Borja Magariños y Cerrato, persona de figuración en el país, había nacido en Montevideo el 3 de enero de 1823.
Su actuación al servicio público principia el 2 de enero de 1841, como secretario de su padre que iba en misión al Brasil — la primera misión de cortesía enviada al extranjero por la República — para representarla en la coronación de Pedro II. Iba así a estrenarse en la carrera — con su sueldo de mil quinientos pesos fuertes — a la corte y ante el emperador que más tarde iba a volver a ver como Ministro.
Reintegrado a la República desempeñó las funciones de Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores por decreto de 30 de mayo de 1846, después de haber redactado “El Montevideano”, diario de corta vida, que fundara junto con F. X. de Acha, el mismo año.
Mientras ejercía de secretario de la Cámara de diputados doctoróse en jurisprudencia en la Universidad de Montevideo el año 1853, versando su tesis sobre derechos hereditarios; y el general Flores, siendo Presidente constitucional de la República, lo llamó el 14 de marzo de 1854 para ocupar la cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores. En el desempeño de ese cargo salió acompañando al primer magistrado en una jira realizada en los meses de setiembre - octubre por los departamentos de la República, y renunció a poco de regresar, el 20 de noviembre del propio año.
Diputado en 1854 en la 6ª legislatura, el 14 de junio del 55 la Asamblea lo votó para miembro del Tribunal de Apelaciones, cargo renunciado el 16 de abril de 1856.
Fusionista colorado, en el gobierno de Pereira redactó “La Opinión Pública” en compañía de Acha y de Palomeque, antes de volver al Tribunal electo por las cámaras el 16 de abril de 1857 y ejerció sus funciones hasta que el atentatorio decreto del 4 de febrero de 1858 lo desposeyó del cargo.
Al triunfar la revolución colorada del general Flores en febrero de 1865, el vencedor lo llevó de nuevo al Tribunal de Justicia asignándole la presidencia, cómo reparación del cese dispuesto por Gabriel A. Pereira siete años antes.
Nombrado Cónsul General del
