Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/793

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tín, en momentos en que éste se aprestaba para abrir su campaña contra Chile, atravesando los Andes. En esta gigantesca operación Martínez iba de inmediato de Las Heras, y su gente fué la primera en cruzar armas con los realistas en el desfiladero de Uspallata. Participó en la victoria de Chacabuco el 12 de febrero de 1817 como 2° jefe del Regimiento N° 11, haciendo luego la campaña del Sur, para retornar a Santiago de Chile en noviembre del mismo año y ser gobernador militar de la provincia de Talca.

El 19 de febrero de 1813 pasó de este puesto a la jefatura del 8° Regimiento de caballería, compuesto en su casi totalidad de negros rioplatenses, fuerte de unas ochocientas plazas, y al cual pudo salvar casi intacto en la sorpresa de Cancha Rayada. Se retiró con él hacia el Norte, para unirlo a les fuerzas de la patria reorganizadas y luego llenarse de gloria el día de la victoria de Maipo el 6 de abril de 1818.

Coronel graduado el 12 de abril del mismo año, embarcó en Valparaíso, en agosto de 1820, con la Expedición Libertadora del Perú, llevando la efectividad del grado de coronel que se le había dado el 12 de abril. Entró en Lima el 9 de julio de 1821, después de operaciones de importancia relativa en los puertos intermedios del Pacífico; el 12 del propio mes se le otorgaron las palmas de coronel mayor y seguidamente fué destinado al sitio de los castillos del real Felipe en el Callao.

Por cuatro años se prolongó la permanencia del general Martínez en los campos de guerra peruanos y desempeñaba funciones de gobernador de la provincia de Trujillo, cuando tuvo conocimiento que San Martín se retiraba del mando para alejarse del país de los Incas.

En las difíciles circunstancias políticas que siguieron a la decisión del Protector, la Junta Gubernativa Peruana determinó, por decreto de 30 de setiembre de 1822, que el general Martínez entrase a desempeñar funciones de Jefe de Estado Mayor del Ejército que se denominaba de los Andes, para cuyo mando superior designaba al general Rudecindo Alvarado.

En octubre, integrante del Ejército Unido, pasó Martínez a operar en el Sur donde el virrey Laserna mantenía posición firme. Fué una desdichada campaña en que Alvarado, no sólo desoyendo sino contrariando los consejos de nuestro compatriota, salió derrotado completamente en las jornadas sucesivas de Torata y Moquegua (19 y 21 de enero).

Estos descalabros trajeron como consecuencia el cambio del gobierno de Lima y del Jefe del Ejército, confiado a Martínez por acuerdo de comandantes superiores expedicionarios. Grandes eran las responsabilidades de un militar ante la gravedad de los sucesos, y fué en esos días, en que las decisiones se tornan definitivas, cuando el genral Martínez recibió un oficio del mariscal Sucre, fechado en Lima el 6 de mayo de 1823, en el cual, en nombre y conforme a los deseos del

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