Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/827

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tidos tradicionales en la reforma constitucional”, el estudio sobre Juan Carlos Gómez fué su último trabajo de índole propiamente histórica.

Persuadido de que su vida útil era precaria, aprovechó el Dr. Melián el capítulo 28 de la biografía de Gómez para insertar su alegato contra Artigas, objeto de cuidadosa preparación desde larguísimos años.

Artigas había sido y fué hasta el último, el gran odio histórico de este hombre, cuya pasión, interfiriendo una inteligencia lúcida, nunca le permitió verlo con otra luz que las falsas luces de la polémica primitiva, ni comprender al autor de las Instrucciones del año XIII, en su amplia faz de verbo de la democracia platense e intérprete de la voluntad oscura de los pueblos que ni siquiera habían empezado a deletrear los nuevos dogmas.

Iniciado intelectualmente al lado del Dr. Vicente Fidel López que, según propias palabras “execraba la persona, los hechos y la memoria del jefe de los Orientales”, aprendió a ver en Artigas el caudillo provincial, díscolo y huraño, alzado irreconciliable, lanza en mano, contra la élite intelectual y política de los círculos porteños y no le fué dado penetrar en el pensamiento del Protector, ni menos abarcar el radio vastísimo en que realmente se movía aquella vigorosa personalidad compleja y máscula.

Frustrado el alegato contra Artigas, algo muy importante quedó de manifiesto sin embargo; y ese saldo fué la demostración de que, si después del esfuerzo de un eminente y ahincado trabajador como el Dr. Melián Lafínur, bajo el acicate de sus pasiones y con la colaboración, en la pesquisa y en la colecta, de todos los enemigos del Prócer, sólo se había conseguido acumular como prueba de cargos contra Artigas el presentado en aquel capítulo de la semblanza de Juan Carlos Gómez, la personalidad de Artigas — discutible como todas — era poco menos que invulnerable ante la historia.

Definitivamente ciego a raíz de una operación — último recurso — tentada sin éxito en Europa, la vigorosa naturaleza del Dr. Melián Lafinur le permitió vivir hasta los 89 años, aunque en los postreros tiempos la lucidez intelectual acusara ya ciertas intermitencias.

Murió en Montevideo el 27 de febrero de 1939, dejando el ejemplo de una cumplida existencia ciudadana. Un tiempo antes había hecho donación a la Biblioteca Nacional de una considerable parte de sus valiosos caudales bibliográficos.


MENA, IGNACIO

Jefe del ejército afiliado al Partido Blanco, tronco de una familia en que se conservó la tradición guerrera, contándose en ella varios luchadores por sus convicciones y alguno muerto con las armas en la maño igual que su padre.

Sus servicios militares se inician

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