miento revolucionario del coronel Timoteo Aparicio, pero Se trataba de una imputación sin fundamento al cabo de un mes la medida quedé sin efecto. Incluido en la lista de Servidores de la Independencia en julio de 1874, el 19 de mayo del 80 ascendió a coronal mayor, grado que por vigencia del código militar taransformóse en julio del 84 en general de división. El 17 de julio de 1889, el presidente Tajes elevó a categoría de teniente general al veterano soldado.
Con este motivo Cipriano Miró, una de las pocas de la pocas figuras de la epopeya libertadora del continente que todavía vivían en el Rio de la Plata, fué objeto de un hermoso acto de homenaje nacional. En su casa de la Unión, donde residía desde muchos años atrás, la muerte llegó a alcanzarlo el 17 de febrero de 1890.
Una plaza pública de la ciudad lleva actualmente su nombre.
MOMBRU, PEDRO Mártir
Famoso curandero, creador y propagandista de un peregrino sistema curativo, a base de agua fria, cuyos principios y reglas de aplicación, juntamente con múltiples observaciones a su modo y cita de casos prácticos, publicó en su libro titulado ”El Regenerador de la Naturaleza”, del cual se llegaron a hacer tres ediciones, la primera en Montevideo en 1862, la segunda en Barcelona en 1869 y la tercera (postuma) en Buenos Aires en el año 1890. Catalán, que había visto luz en San Feliú de Codines el 15 de junio de 1818, tuvo algunos estudios generales en un colegio provenzal, y por el año 1844 emprendió viaje al Río de la Plata, dispuesto a probar fortuna en el comercio.
Radicado en Buenos Aires enfermo gravemente del pecho, por cuya razón y en busca de más favorable temperatura, trasladóse primero a Montevideo, en 1851, y luego a la villa de Durazno, en 1859.
Allí hizo relación con un hidrópata de nombre Manuel Gutiérrez Acevedo, que recetaba empíricamente baños y vendajes y el cual, después de prestarle asistencia en sus males, inicio a Mombrú en los secretos del agua fría. Maravillado el catalán de los efectos que encerraba tan simple agente terapéutico, llegó al convencimiento final de que todas las cosas y formas existentes en el mundo no eran sino diversas formas del agua condensada, y con esta concepción y ciertas bases pedidas al Manual Hidropático de Claridge, creyó ser dueño de la panacea universal, capaz de regenerar la naturaleza humana y remedió de todos los males.
Puesto Mombrú a la aplicación practica de sus métodos, dedico a la hidroterapia las máximas actividades, con celo explicable en un hombre de buena fe y en ejercicio de su especializado curanderismo recorrió casi todos los departamentos del este de la República, pasando luego a Río
