Grande en 1865, con ánimo de afincarse en Santa Victoria del Palmer. Las continuas solicitaciones de su clientela, sin embargo, decidieron su vuelta a Montevideo, donde la Junta de Higiene Pública lo amonestó por ejercer funciones médicas al margen de la ciencia oficial, mostrándose dispuesta a prohibirle el ejercicio del método. Pero el médico de agua fría, que contaba con clientes de tanta influencia en el gobierno como el mismo presidente Aguirre y el coronel Luis de Herrera, pudo continuar aplicando la hidropatía a cubierto de las asechanzas de los médicos, hasta que vino a morir del cólera el 25 de enero de 1888, el mismo día que uno de sus hijos. El agua, con tanto éxito usada para combatir la epidemia — según sus anotaciones, — falló lamentablemente en casa de su apóstol.
Examinadas las elucubraciones de Mombrú y los métodos que le consiguieron tan gran número de clientes y de adeptos convencidos de su saber y de su ciencia, llegase a la conclusión de que se está en presencia de un sectario sin control, absurdamente convencido de las virtudes maravillosas que atribuye al agua, a la cual loa en términos de oración apologética, llamándola Santo Sacramento de la Naturaleza... “purgante, temperante, diluente, dulcificante, nutriente, estomátíca, diurética y cordial”... “que comprime, laxa, nutre, recrea, y en una palabra, es el alma del universo y la vida de la naturaleza entera”.
MONEGAL, GABINO
Militar y cartógrafo. Nacido en la ciudad de Maldonado el 25 de abril de 1848, su familia contaba servicios a la patria desde los primeros tiempos.
Aunque cierta extensión de conocimientos, no muy comunes entonces, tendían a alejarlo de la carrera de armas, Monegal fué a presentarse como soldado al coronel revolucionario florista Antonio Olivera, en momentos en que éste ocupaba con sus fuerzas la ciudad de Rocha, en enero de 1865.
Licenciadas las milicias departamentales de Olivera una vez triunfante la revolución, sin que el joven voluntario hubiese alcanzado jerarquía ninguna, vino a Montevideo con propósito de seguir estudios, pero sus amistades militares de la reciente guerra civil lo indujeron a sentar plaza como soldado distinguido en el batallón “24 de Abril”, que en esos días se embarca para la guerra del Paraguay.
Hizo en este batallón la campaña de Corrientes, tomó parte en la batalla de Yatay y en la rendición de Uruguayana, elevado a jerarquía de sub-teniente el 19 de mayo de 1865.
Trasladadas las operaciones a territorio paraguayo, cruzó el Paraná por el Paso de la Patria, hallándose en los sangrientos choques de Estero Bellaco y Tuyuty, por su comportamiento en esta última jornada tuvo la promoción a teniente 2°, que vino
