Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/856

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Bajo la acusación de haber descuidado sus deberes estratégicos, por falta de socorro a la guarnición de Florida, el general Moreno fué sometido a un Consejo de Guerra. Era un modo de aplacar la opinión pública, nada más, por lo cual en enero del 65 el gobierno ordenó sobreseer la causa. Moreno protestó contra esa especie de indulto, exigiendo la secuela y resolución definitiva del proceso, extremo a que no pudo llegarse por haber triunfado la revolución de Flores al mes siguiente. En estas circunstancias Moreno no se fué del país, por lo cual no debió ser tocado en su situación militar. No obstante, quedó un cierto tiempo fuera del ejército, hasta verse reincorporado en junio del mismo año.

Completamente ajeno al movimiento tramado por el ex-presidente Berro contra el general Flores, que estalló en la capital el 19 de febrero de 1888 y en el que perecieron Flores y el propio Berro, hizo Moreno públicas manifestaciones al respecto, que le concitaron los odios de los correligionarios exaltados. Se ausentó de la República cuando la revolución de Timoteo Aparicio en 1870, y fué dado de baja, aunque no tuvo participación guerrera en ella, para reaparecer en los cuadros al concertarse la Paz de Abril de 1872.

Aceptó sin protesta los sucesos del 75 y su vida vino a concluir en su quinta del camino Larrañaga. en Montevideo, el 26 de abril de 1878, de una antigua dolencia del corazón que de tiempo atrás lo tenía postrado.

Jefe en cuya foja hay algunas páginas brillantes, fué un mediocre general. Atacado con pasión hasta por sus mismos correligionarios, el examen imparcial de muchos cargos a la luz de los documentos, ha permitido modificar algunos juicios. De gran honradez, lo probaría el sola hecho de haber integrado a la Tesorería de la Nación una diferencia hallada al entregar al general Servando Gómez el ejército de su mando. Provenía ese dinero de adelantos a jefes y oficiales subalternos y él se creyó en el caso de reponer de su bolsillo los 447 pesos de la diferencia, con dinero “de sus cuentas con la administración”, conforme a los documentos que exhibía.

Fué, como no podía ser de otro modo, un excelente administrador y además un hombre progresista, atento a cuanto significara un adelanto para el país y así pudo demostrarlo.

Inteligente e ilustrado, lo reconocieron sus contemporáneos y él mismo se daba cuenta de su superioridad entre la multitud de los jefes, cuando refiriéndose a modos de opinar sobré ciertos graves problemas nacionales, escribía, en 1864, al general Diego Lamas: “ ...que ésto lo dijesen los coroneles Olid, Aparicio, etc., santo y bueno...”.


MORQUIO, LUIS

Médico, una de las figuras más completas y más "vigorosas de la ciencia nacional, maestro que fundó verdadera escuela propia, iniciador

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