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y propulsor de la obra de protección social a la infancia, exponente conspícuo de la pediatría latinoamericana.

Hijo de José Morquio, italiano, y de Anita Bélinzon, nació en Montevideo el 24 de setiembre de 1867.

Alumno de la Escuela Nacional de Artes Oficios, que dirigía su tío el coronel Juan Bélinzon, pudo decirse que se formó a su lado y bajo su vigilancia. Fué éste, asimismo, quien le costeó, más tarde, el viaje y los estudios de perfeccionamiento en Europa.

Interno de la Clínica del Dr. Visca en la Facultad de Medicina, donde la asiduidad y el recto cumplimiento del deber lo distinguían, se doctoró en marzo de 1892 con una tesis sobre el tratamiento de la fiebre tifoidea, pasando de inmediato a París donde frecuentó a los grandes maestros de la época, hizo un curso completo en el Instituto Pasteur y se dedicó especialmente a patología y clínica infantil.

De vuelta a Montevideo, en 1894 se inició en la enseñanza como profesor de la clínica de niños dirigida por el Dr. Francisco Soca y al año siguiente obtuvo por concurso la cátedra de patología interna.

Jefe de la clínica infantil por renuncia del titular en 1899, desempeñó el cargo durante largos años, enseñando en posición de verdadero sabio, sin frase literaria ni gesto oratorio, sin disquisiciones teóricas ni profusión de citas, “seguro de que la verdad es la suprema sencillez” pero en forma intensamente vivida y real, conforme a las palabras de uno de sus alumnos.

De total probidad científica, modelo de trabajador extraordinario, minucioso y paciente, fué el Dr. Morquio asimismo un gran animador capaz de infundir entusiasmos e imponer disciplinas de trabajo a la pléyade de brillantes discípulos que debían ser su orgullo y lo honrarían en las horas de su prestigiosa vida de maestro.

Tornó Europa en 1907, incumbido oficialmente por el Gobierno y la Facultad de Medicina para hacer estudios especiales y tuvo ocasión de representar la República en congresos internacionales de materia médica, celebrados en Bruselas, Londres y Roma, donde presidió el de Fisioterapia.

En el país tuvo parte muy principal en el Congreso Latinoamericano de Montevideo y en el 1er. Congreso Médico Nacional y fué organizador presidente del 2° Congreso Americano del Niño, reunión de espléndidas y trascendentales proyecciones científicas, que consagró el nombre de Morquio en forma definitiva.

Distinguido como miembro de múltiples academias y corporaciones extranjeras, colaborador en grandes revistas y en enciclopedias de pediatría, es autor de varios importantes libros de su especialidad, uno: de los cuales, “Tratado de alimentación normal y patológica de los niños”, aparecido en 1918, se reeditó al año siguiente, y de porción de memorias de carácter oficial.

Merece especial mención desta-

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