Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/858

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cada en la vida científica del Dr. Morquio, su estudio y su tratamiento por el salicilato de sodio, de las cardiopatías reumáticas en el niño, trabajo que por sí solo bastaría para fundamentar la fama de cualquier clínico. Su libro significó un aporte inapreciable y fundamental en punto a la salvación de la vida de millares de niños, pues el coeficiente de muertes por reumatismo infantil, que había llegado a ocupar el número tres en las tablas nosológicas y al que sólo adelantaban la tuberculosis y la difteria, tuvo una merma verdaderamente asombrosa.

Escribió el Dr. Morquio de su mano más de doscientos trabajos sobre Patología e Higiene infantil que vieron luz en revistas nacionales y extranjeras y colaboró en otros tantos escritos por sus discípulos.

En 1921, el Maestro fué objeto de un resonante homenaje con que sus discípulos conmemoraron los veinticinco años de profesorado, que lo hallaban en plenitud enseñante.

Continuando en la obra tuvo la satisfacción de ver que su clínica se transformaba en 1931, en Instituto de Pediatría y Puericultura del cual se le designaba Director y vivió hasta el 19 de julio de 1935, en que falleció en Montevideo de una claudicación cardíaca.

Una estatua obra del escultor compatriota José Belloni, recuerda en sobrio y sereno bronce, en un parque público, al que el ilustre profesor argentino Araoz Alfaro calificó de gran maestro.


MOYANO, SIMÓN

Militar, con grado de coronel en el ejército, cuya muerte dió pábulo a siniestras especies, atribuyéndosela a un veneno.

La época — dictadura del coronel Latorre — era propicia para esta clase de versiones, que en el caso de Moyano carecían en absoluto de fundamento.

Nacido en el departamento de Durazno en 1825, sus servicios los prestó, desde joven, al Partido Blanco y en la Guerra Grande se le tenía ya como un oficial temible por atrevido y activo, refiriéndose al cual dice el general Rivera en una carta a Fortunato Silva: “si al menos apañaras a mi maldito ahijado Moyano...”.

Sirviendo siempre en la Guardia Nacional de su departamento, con grado de capitán, fué herido en la batalla de India Muerta en 1843, y asimismo en la acción de Las Piedras en 1851, siendo sargento mayor.

A la hora de la invasión de Urquiza — pronunciado contra Rosas — para reducir al ejército de Oribe que sitiaba a Montevideo, Moyano adhirió a la reacción, y al frente de unos cien hombres fué a reunirse con el general Servando Gómez, en el Durazno, en agosto de 1851.

Tomó parte en los movimientos armados de 1853 - 54 a favor del expresidente Giró, pero tuvo que someterse, al fin, a las nuevas autoridades de Montevideo.

En la presidencia de Pereira,

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