Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/863

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que pudieron salir enteras del campo.

Por su parte, el gobierno del general Batlle, y de acuerdo a lo que correspondía también, había ordenado, el 6 de abril de 1870, que se radiase a Muniz de los cuadros del ejército “por traidor”, sin perjuicio de aplicarle todo el rigor de las ordenanzas en caso de ser capturado.

De su adhesión, se ha dicho por voz autorizada, dependió tal vez la suerte de la revolución del 70, pues, si cuando Aparicio llegó a Cerro Largo, a los pocos días de entrar al país por la costa del Uruguay en el departamento del Salto, no encuentra a Muniz con su gran prestigio y sus aguerridos y bien dispuestos soldados, el único camino que se le abría por delante al jefe invasor era el camino del Brasil. Más adelante, su proyecto de dar un golpe sorpresivo sobre Montevideo pudo haber cambiado los resultados de la guerra, pero el momento pasó o quien sabe si llegó alguna vez, y hubo de concluirse en el pacto de pacificación de 6 de abril de 1872.

Fué, asimismo, el más señalado factor de orden y garantías en el ejército revolucionario, de cuyas filas expulsó a Nico Coronel y otros elementos indeseables.

Derrocado el gobierno legal del D., José Ellauri por el motín militar del 15 de enero de 1875, que se fraguó en Montevideo por dos fracciones extremas de los partidos Colorado y Blanco, Muniz se mantuvo ajeno a los sucesos, hasta que en el mes de setiembre, cuando se produjo la reacción armada contra la oligarquía usurpadora que llevaba el país a la ruina, ciñó la divisa tricolor —histórica divisa de los Treinta y Tres en la Agraciada — para plegarse a la revolución popular.

Esfuerzo cívico adelantado más de un siglo al estado político del país, las fuerzas del mal que tenían a su favor los batallones de línea y disponían del tesoro público, sofocaron la revolución, después de haber agregado a la historia de nuestras desgracias el capitulo del exterminio de los vencidos de Guayabos.

Entonces Muniz emigró al Brasil y sólo reintegróse al país al cabo de varios años de voluntario destierro, para dedicar — exento de ambiciones — las restantes energías al trabajo, primero en el establecimiento La Trinidad, en Buschental, San José y luego en una estancia.

Al formarse el Partido Constitucional adhirió a su programa principista y figuró en 1881 en la Junta Directiva.

En 1886, el gobierno de Santos hizo detener unos días en el 5° de Cazadores al prestigioso veterano, sospechando que participara en trabajos subversivos; pero mientras duró su detención fué objeto de especiales atenciones, permitiendo que uno de sus hijos permaneciera siempre a su lado.

Su vida concluyó el 3 de abril de 1892, casi repentinamente, en su estancia del Paso de Quinteros, a los 70 años de edad. Llevaba 26 años en el grado de coronel, pero la jerar-

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