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del gobierno usurpador de Pedro Varela, acompañó al coronel Muniz en la lucha, que fué corta, y en la expatriación, después de vencida la Tricolor, a fines del propio año 73.

Sin actuación en el período de gobierno de Latorre, el Dr. Vidal, que sucedió al dictador, inició — por inspiración de su Ministro de Guerra coronel Máximo Santos — una política tendiente a vincular al nuevo orden de cosas a elementos militares del partido blanco-nacionalista, validando sus grados de guardia nacional, algunos de ellos ganados en tan buena ley, o ascendiendo a los que entonces figuraban en el escalafón.

Dentro de este orden de ideas, el 21 de junio de 1880, Muniz fué dado de alta en los cuadros del ejército como teniente coronel de caballería de línea, el mismo que ostentaba de Guardias Nacionales, y el 20 de agosto siguiente fué nombrado comisario de policía de Cerro Largo.

El Jefe Político del departamento, coronel Higinio Vázquez, su correligionario, nombrado en 1881, puso particular empeño en atraer al circulo del gobierno a los más conocidos caudillos blancos de la zona, a fin de que se mantuvieran en actitud favorable al presidente Santos, sucesor de Vidal. Con esas miras. acompañó al coronel Agustín Muñoz y al comandante Muniz en un viaje a Montevideo en 1883, a objeto de que conocieran y conversaran con Santos, el cual los recibió del mejor modo, dándoles todas las garantías que creyesen necesarias y conjurándoles a que, por nada, fuesen a abandonar el país.

El 30 de setiembre de 1885 obtuvo la antigüedad del 14 de octubre de 1863 para su grado de teniente coronel, y su actitud prescindente en los trabajos revolucionarios de fines de 1883 y comienzos del 86, le valieron el ascenso a coronel de caballería el 9 de febrero de este último año. A partir del gobierno del general Tajes, Muniz entró en la órbita de un grupo de políticos nacionalistas de notoria prestancia como los doctores Martín Aguirre y Juan José Segundo, que imponían rumbos a una fracción considerable del partido.

Atribuirle al bravo soldado actitudes personales o gravitación activa más allá del contorno de sus verdaderos pagos no sería razonable, pero en cambio significaba para sus amigos políticos de Montevideo todo un respaldo y toda una fuerza político-electoral,

La división del Partido Nacionalista era honda, y acontecimientos. posteriores se encargaron de confirmarlo, cando una fracción buscó — en Cerro Largo precisamente— un caudillo para oponerlo a Muniz, y fué a elegirlo entre quienes trataban de anularlo.

Mientras tanto, el gobierno de Montevideo afirmaba cada vez más en el propósito de hacer del coronel Justino Muniz un militar de la nación, a quien incumbía la defensa de las instituciones y del orden.

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