Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/889

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tador no sólo lo vigiló con cuidado, sino que una noche hizo que le mazorquearan — según la palabra histórica — la casa donde vivía,

El presidente Santos tampoco hizo sitio al coronel Navajas, pero lo toleró en la Junta E. Administrativa de Montevideo, con un cargo edilicio sin importancia.

El general Tajes lo promovió a general de brigada en las postrimerías de su gobierno, el 26 de febrero de 1890 y en la presidencia del doctor Herrera y Obes fué Inspector del Arma de Artillería el 29 de diciembre del propio año.

Creados los Tribunales Militares por el mismo gobierno, se le nombró Ministro de una de las Sales el 19 de febrero de 1892, General de división el 17 de febrero de 1894, no le correspondió ninguna actuación en las operaciones militares de 1897.

En los sucesos del 4 de julio de 1898, sí bien no tuvo posición entre los revolucionarios, su conducta no satisfizo al dictador Cuestas y salió desterrado para Buenos Aires, junto con otros militares y civiles. De regreso al poco tiempo, mantúvose en el silencio de su holgada situación económica y falleció en Montevideo el 3 de diciembre de 1903.


NEIRA, JOSÉ

Coronel del ejército, defensor de Montevideo en el Sitio Grande, donde fué “muerto como un valiente”, según las palabras del general José María Paz.

Español, de Galicia, vivía en Buenos Aires dedicado al comercio en la época de las invasiones inglesas, y sirviendo en las fuerzas reclutadas para repelerlas, hizo las campañas de 1806 y 1807 en calidad de capitán de milicias, distinguiéndose por su bravura y siendo herido de bala en un brazo, aunque sin gravedad mayor.

Cuando la revolución de mayo de 1810 vino a dividir a los vencedores de la víspera, poniendo frente a frente a los patriotas y a los realistas, Neira, conforme a su sentir español, ofreció de inmediato sus servicios a la causa del Rey, trasladándose a Montevideo, gran plaza militar del Río de la Plata, centro de resistencia de la metrópoli. Aquí tuvo a sus Órdenes un batallón amado de Emigrados de Buenos Aires “todos entusiastas realistas”, pero más conocido por Batallón Neira. En los veintidós meses que los soldados de la Patria sitiaron la ciudad hasta rendirla (1812-14, Neira fué herido varias veces, y el cuartel de su gente quedó parcialmente aplanado por una bomba patriota — dice Acuña de Figueroa — el 17 de setiembre de 1813.

Terminada la dominación española en los países del Plata al caer Montevideo, en vez de embarcarse para la península como la gran mayoría de los jefes capitulados, Neira decidió quedar en la plaza, estableciéndose con una tienda en la calle San Pedro.

En el período de las dominaciones luso-brasileñas, cuando se produjo la lucha entre portugueses e imperiales,

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