Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/890

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tomó partido por los primeros, a quienes consideraba más débiles y más fáciles de vencer, pues, perdidas estas tierras para España, habíase enrolado en la causa nacional de los orientales, Tenía bajo su mando la compañía de Cazadores en el batallón 2° de Murguiondo, que pensaba utilizarla en un plan que veníase elaborando con ramificaciones en Buenos Aires, plan que trastornó la capitulación del portugués Álvaro da Costa, en noviembre del año 23.

En 1825 intervino eficazmente en la tarea de fomentar la deserción de los que habían sido sus soldados, y toda clase de gente aguerrida, facílitándoles medios de ir a engrosar las filas de los patriotas.

Adicto al general Rivera después de constituída la República, coadyuvó en las operaciones sobre Montevideo en 1838. Capitán de la 1ª compañía del Batallón Matrícula el 12 de julio de 1839, por decreto de 17 de noviembre de 1840 le fué encomendado todo lo concerniente a la reorganización del batallón, que debía mandar como jefe en clase de coronel.

Sitiada la capital por el Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina a órdenes del general Oribe, en febrero de 1843, el coronel Neira alternó desde el primer día en el servicio de trincheras como 2° Jefe de la Derecha de la Línea de Fortificación, hasta que el 17 de noviembre, hallándose de avanzada en la línea y mientras se adelantaba hacia el enemigo con una guerrilla de veinte hombres de la Legión Italiana, cayó al suelo alcanzado por una bala. Su gente en derrota cedió terreno y, según versión corriente, Neira tuvo ánimo para arrastrarse hasta un matorral, probablemente para sustraer su propio cuerpo, cuando muriese, a los bárbaros ultrajes que solían practicar los soldados rosistas.

Si el pensamiento final del destemido gallego fué efectivamente el horror de una afrenta póstuma, los compañeros que participaban en el combate no estaban dispuestos a permitirlo tampoco, Y entonces tuvo lugar el encarnizado entrevero para rescatar el cuerpo de Neira, hazaña en que el coronel Garibaldi se superó a sí mismo en valor, y que Bartolomé Mitre, joven oficial entonces, — participante y testigo de los hechos — ha narrado en la bella página de su “Episodio Troyano”.

Salvado el cuerpo del bravo coronel, el comandante Trifón Ordóñez fué encargado de entregarlo a su viuda Juana Barrios, señora porteña emparentada con los Chiclana, que lo recibió con el gesto de una matrona de los tiempos antiguos.


NEIRA, MARCOS

Jefe militar de fama poco envidiable, cuyos días concluyeron en Paysandú durante el alzamiento armado subsiguiente a la deposición de Giró.

Puede darse como seguro que había servido en la guerra de la Independencia, aunque no se hallen especificados esos servicios, Constituí-

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