Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/902

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asumida por el presidente Rivera.

En esa situación, el 24 de febrero, abandonando secretamente Montevideo, Núñez buscó refugio en la corbeta de guerra portuguesa Juan VI, anclada en la bahía, preparada la evasión por el propio cónsul Leite, agente notorio de los blancos. Del barco se trasladó al campamento del Cerrito, donde el llamado presidente legal le dispensó el mejor trato, confiriéndole mando de inmediato, cosa nada frecuente en el general Oribe.

En su mueva posición, poco envidiable, Núñez no se limitó a servir al contrario de la víspera, sino que vanamente procuró, mediante cartas, la deserción del coronel Fortunato Silva y otros jefes.

“La pérdida de Núñez —dice César Díaz— fué generalmente lamentada en el ejército, no sólo por lo útil que hubiera podido ser a la causa de la República, a la que tantos años había consagrado su brillante espada, sino por el borrón con que, por una pueril debilidad, había oscurecido sus servicios anteriores”.

Pasado al bando oribista, se convirtió en un objeto de odio para los defensores de Montevideo y la suerte no se le mostró del todo propicia, tampoco, bajo las nuevas banderas. Pronto no más, el coronel Flores lo derrotó en Horqueta del Rosario, el 18 de julio de 1843, cuando marchaba al frente de una columna, y después de escapar penosamente, quiso la fatalidad que, todavía en plena retirada violenta, le saliera al paso el general Anacleto Medina, para arrebatarle todas las caballadas y municiones, obligándolo a ir a incorporarse — casi solo — al general entrerriano Urquiza.

Más tarde, de servicio en las líneas de Montevideo, operó Núñez varias veces contra el cantón llamado del Cerro. En uno de esos choques en las orillas del Pantanoso, con motivo de un ataque llevado por el coronel Pacheco y Obes en persona, el 28 de marzo del 44, Núñez resultó herido casi al comenzar la acción y quien lo sustituyó no pudo evitar la derrota. Los soldados de la Defensa, entre cuyas filas estaban Garibaldi, César Díaz, Estivao y Tajes, consiguieron internarse hasta el paso de la Boyada.

Evacuado Núñez del campo para llevarlo al Cerrito en un coche, comprobóse que tenía une bala en el vientre, La herida era mortal y falleció dos días más tarde, el 30 de marzo de 1844.


NÚÑEZ, JOSÉ

Jefe de milicias — titulado coronel — cuya actuación en el movimiento revolucionario nacionalista de 1897 le dió una notoriedad de circunstancias.

Nacido en el departamento de Tacuarembó, en años de muchacho trasladóse con los suyos a la provincia vecina de Río Grande, Brasil, donde se hizo hombre, viviendo allí hasta que, en malas relaciones con la policía por un hecho de sangre, se vió en el caso de regresar al país en 1875, con un nombre supuesto.

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