Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/947

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dispensables providencias tendientes a normalizar, mediante las necesarias garantías, la vida capitalina, en tanto se hacía cargo del gobierno Miguel Barreiro, secretario del Libertador, a quien se investía con el carácter de Delegado.

Reintegrado a su calidad militar, participó el coronel Otorgués en la resistencia del país cuando los directoriales, en su afán de destruir a Artigas, desencadenaron sobre la Banda Oriental la invasión de los portugueses el año 1816, tocándole desenvolverse en la frontera del Este.

Después del desastre de la patria en India Muerta —19 de noviembre — continuó resistiendo en la zona circunvecina con ciertas esperanzas de éxito, pero sus desinteligencias con Rivera cambiaron la faz de los sucesos cuando los invasores lo dispersaron en Casupá.

En el último período de la lucha tuvo el mando del llamado Ejército de la Derecha, y el coronel permaneció firme al pie de la bandera a la hora en que sus conmilitones Rufino Bauzá y los hermanos Manuel e Ignacio Oribe defeccionaban la causa.

Derrotado por Bentos González en el Cordobés el 6 de mayo de 1819, quedó prisionero de los portugueses, que, presurosos, lo enviaron a Río de Janeiro en un buque de guerra, a dónde llegó el 29 de junio.

Dos años prolongóse su vida de preso político, encerrado y “sin comer más que fariña y camarones”.

En mayo de 1821 tuvo la fortuna de ser restituido a Montevideo conjuntamente con varios compañeros que regresaban a la patria, liberados igualmente.

Entonces, en plena dominación extranjera, fué a establecerse en la campaña de San José, dónde, apenas se produjo la invasión revolucionaria de Lavalleja en 1825, fué preso por las autoridades brasileñas como medida precaucional, para ser confinado en Montevideo.

En 1827, en días en que los patriotas asediaban le plaza, halló oportunidad de burlar la vigilancia de los brasileños yendo a ponerse a las órdenes del general Lavalleja, para servir con los suyos en las etapas finales de la guerra.

Desde esa época no se vuelve a mencionar al coronel Otorgués en cosas militares ni políticas, contraído al cuidado de sus intereses personales.

Falleció el 14 de diciembre de 1831, en la casa de la actual calle Cerrito —en aquella época San Luis — entre Juncal y Cerro, y por orden superior se ofició una misa de cuerpo presente en la Iglesia Matriz con asistencia de jefes y oficiales.

No hay ningún retrato directo o auténtico del coronel Otorgués, siendo el que ha entrado a divulgarse en libros recientes, nada más que la fotografía de uno de sus nietos retocada a placer, pero con manifiesta incompetencia en el arte de crear retratos históricos que no existen.

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