PAGOLA, JUAN MANUEL Gregorio
Militar, que alcanzó grado de general de la República. Había nacido en Montevideo el 28 de novienbre de 1828.
Sus servicios arrancaban del año 43, en que ingresó a la milicia como soldado raso, y el 7 de junio de 1845 ascendió a subteniente, en el 2° Batallón de Infantería de línea. El 13 de junio de 1846 obtuvo el grado de teniente 2°, sirviendo en el 3°, y el de teniente 1° el 12 de febrero del año siguiente, en la compañía de Volteadores del 5° de Infantería. Por esa época pasó a prestar servicios en Maldonado, reintegrándose a su unidad — transformada en Batallón 3° de Cazadores — el 22 de marzo de 1847.
Después de haber servido durante toda la Guerra Grande al Gobierno de la Defensa, tuvo ascenso a ayudante mayor al término de la contienda, el 27 de noviembre de 1851, destinado al Batallón Voltigeros desde el 25 de abril. Al organizarse el contingente uruguayo que debía integrar el “Ejército Grande Aliado Libertador en Sud América” marchó a la campaña con su batallón, al mando de León de Palleja, y tuvo el honor de hallarse en la jornada triunfal de Caseros el 3 de tebrero de 1852. Al volver a Montevideo, fué transferido al batallón “Orden” el 12 de mayo del mismo año.
Ascendido a capitán el 9 de febrero de 1853, su afiliación a la fracción conservadora del Partido Colorado lo condujo a tomar participación en los alzamientos cívico-militares de agosto y noviembre de 1855 en la capital. En las jornadas de noviembre, con un grupo de cinco voluntarios compañeros, se mantuvo todo el día 28 en la azotea de la Iglesia de la Caridad, barrida por los tiros de los unionistas y gubernistas que ocupaban las casas vecinas, y sólo abandonó su posición, consumido el último cartucho, a las seis de la tarde, para embarcarse el 29 rumbo a Buenos Aires.
Regresó amnistiado, pero de nuevo vióse en la precisión de emigrar en la presidencia de Pereira.
Formó en las filas revolucionarias del general Díaz en 1857, por cuya razón el gobierno lo dió de baja y lo declaró traidor a la patria. Hecho prisionero en Quinteros en febrero de 1858, salvó la vida en el momento de la ejecución gracias a la protección del comandante Gervasio Burgueño, amigo de familia. Conducido a Montevideo, fué indultado a la par de otros “anarquistas” por decreto de fecha 11 de febrero, yéndose inmediatamente del país.
En la nación vecina, tomó servicio en el ejército de Buenos Aires, y tuvo lucido comportamiento en la batalla de Pavón, donde se halló a las inmediatas órdenes del coronel Rivas, Más tarde participó en la lucha contra las montoneras del interior, sirviendo con Paunero.
En 1862, el presidente Sarmiento
